SHITSTEM, LA ARTISTA CENTENNIAL DEL HIP HOP : “CUANTAS MÁS PIBAS SEAMOS, MEJOR”

Por Josefina Martínez

En el Mes de la Mujer entrevistamos la artista de Mar del Plata que rapea lo que piensa y le marca el camino a la nueva generación.

Es jueves al mediodía y Juana Passeri conversa con Le Banana por videollamada. Son sus últimos días en Buenos Aires, donde participó de un homenaje a la icónica María Elena Walsh. Esta artista -no siente que el término rapera la defina- es hija única en una familia de músicos, tiene 20 años, sangre marplatense y una carrera en pleno ascenso. “Hoy quiero luchar contra las desigualdades,/ Mientras sembramos cultura y cosechamos libertades”, riman sus canciones, que sueñan con un sistema con igualdad de oportunidades. ¡Conocéla en esta nota!

¿Cómo te llegó la propuesta para participar del homenaje a María Elena Walsh?

Me invitaron por medio del programa de la TV Pública Código Provincia, donde estuve hace poco, también para homenajear a María Elena. Recité su texto “Sepa por qué usted es machista”, que descubrí hace un tiempo y me voló la cabeza porque lo escribió en el 80 y habla de cosas que vivimos en la actualidad. Era una mujer avanzadísima.

¿Cómo fue la experiencia?

Fue increíble, nunca había entrado al CCK y de repente toqué en la Ballena Azul, que es la sala más perfecta en todo sentido, muy imponente. Además estaba Sara Facio, o sea…¡Wow! Con mi mamá, que es fotógrafa, somos muy fanáticas de ella. También tocó Sandra Mihanovich, otra figura súper emblemática.

Tu papá tiene un instituto de música. ¿Cómo fue crecer entre instrumentos?

Sinceramente lo tenía muy naturalizado, pero desde que empecé a dar entrevistas me di cuenta de que no es algo tan normal. Es un privilegio, fui de instrumento en instrumento, aprendí guitarra, piano, batería, saxo, hasta tomé clases de quena (risas). En un momento no quise saber más nada y me dediqué a estudiar danza, pero me quedaron el oído, la posición de las manos, la técnica que hoy me sirve para saber los acordes en la guitarra o en el piano y arrancar así el proceso de creación de una canción.

Ibas a ser artista sí o sí.

Desde chica siempre lo tuve clarísimo, nunca me llamó la atención una carrera universitaria en particular. Quería ser una estrella pop, de más adolescente profesora de danza y hoy en día soy esto, soy una artista, porque tampoco me gusta definirme como rapera.

Contame sobre tus influencias musicales.

Me encantan el folklore, el jazz y el rock, me los inculcó mi familia y es lo que más escucho todos los días. De chica papá me llevó a un par de recitales de Divididos, era un flash porque en ese momento el rock era el que decía todo sobre la sociedad. Y el hip hop es una cultura que encontré por mis propios medios, lo descubrí en la secundaria. Calle 13 me voló la cabeza, el disco Que entren los que quieran lo escuchaba constantemente, es más, me tatué una hormiga por una canción de René. Canserbero también es un rapero que me marcó muchísimo.

En tus letras mencionás haber visto la represión policial en marchas, ¿cómo fue y cómo te influenció?

Cuando tenía 7 años, mamá iba a un centro cultural y yo la acompañaba a las asambleas, a marchas por el 24 de marzo, cuando los profesores hacían paro porque no les pagaban. Después en el colegio secundario, si había una marcha por los problemas edilicios de las escuelas e ibas, tenías la falta justificada. Nosotros por ejemplo no teníamos esos problemas, pero había otros colegios públicos que sí, entonces íbamos a bancar. Si no hubiese pasado por esos lugares, hoy no podría escribir lo que escribo ni pensar lo que pienso.

Cuando lanzaste “Mi nombre lo dice”, ¿sentís que te la jugaste por tus pensamientos sobre la sociedad y cuestiones políticas?

Sí, porque el primer tema que saqué, “Llorarte”, es para todo público, y después de repente largué esa bomba de contenido político a full. Tuve un poquito de miedo, porque obviamente cuando hablás de ciertas cosas, va a haber mucha gente que se va a copar, pero mucha otra va a decidir irse de tu público si no comparte los mismos pensamientos. Igualmente estoy re orgullosa y hoy en día es la canción que más disfruto tocar, que más me representa. Además está fusionada con el tango, que me encanta.

¿Cuándo dijiste la música es lo mío, me lanzo?

En 2018, en Año Nuevo, mi familia empezó a brindar con objetivos y les dije que estaba empezando a escribir canciones, lo tiré y se pusieron re contentos. Ese año había terminado el colegio. En abril de 2019 me junté con un amigo que producía y fue la primera vez que escuché mi voz grabada, nunca me había grabado ni en el celu, me daba vergüenza. Grabé, se lo mostré a mi papá, le encantó y a los dos días me invitó a rapear el tema en un recital en el instituto. Pasé de rapearle a una sola persona a que me escuchen 70.

¿Cómo es la movida artística en Mar del Plata?

Me encanta porque es mi casa, un poco es una ciudad-pueblo, pero es muy autogestivo, si no, no pasa nada. Los intendentes de los últimos años fueron un gran obstáculo, por suerte hay gente joven que tiene muchas ganas de hacer movidas, nadie nos regala nada literalmente.

Leí que hay chicas que te mandan mensajes para contarte que quieren sacar música. ¿Cómo te sentís con eso?

Me encanta que encuentren en mí a alguien con quien puedan compartir lo que hacen. Cuando yo empecé no había ninguna chica en Mar del Plata que repeara que me diera un empujoncito, por eso si puedo quiero hacerlo con alguien más. Concretamente siento que les estoy dando una mano para que se animen, siempre digo que cuantas más pibas seamos, mejor.

¿Cuándo te diste cuenta de que las mujeres eran minoría en el hip hop?

Viendo documentales, de repente apareció una mujer y me sorprendí, ahí me dí cuenta de que lo tenía naturalizado. Era Queen Latifah, que es una rapera old school, súper reconocida. Me puse a escucharla y dije claro, con esto me siento mucho más representada. Se me abrieron los ojos y a partir de ahí empecé una búsqueda de raperas.

¿Qué te pasa con artistas como Cazzu, que se hizo un lugar en un género tan masculino como el trap?

No escucho mucho a Cazzu, hay que bancarse una industria repleta de varones…El trap es súper machista, cosifica a la mujer todo el tiempo, por eso no lo consumo tanto, me gusta sólo musicalmente hablando, los beats.

Respecto al feminismo, ¿cómo vivís los logros de los últimos años?

Es algo que no puede dar marcha atrás, esta ola va a seguir creciendo y ya nos dió muchísimas cosas, sentir ese empoderamiento de estar acompañada. Por más que haya muchas caras dentro del feminismo, somos todas mujeres que estamos luchando por lo mismo. Es algo gigante.

¿Qué estás escuchando actualmente?

Escucho bastantes raperas de España, me gusta mucho la movida de allá, como Santa Salut y Sofía Gabanna, que es la hermana de Nathy Peluso. Y todo el tiempo escucho el disco Cantora de Mercedes Sosa y a Wos, que me parece un artista con todas las letras.

Contame en qué estás trabajando

Le estoy metiendo toda mi energía a sacar un disco este año, todavía no sé si un EP o un LP, cuántos temas tendrá, pero sé que no quiero que sea un rejunte de canciones sueltas, quiero que tengan un contexto.

¿Pensaste en incluir colaboraciones?

Lo pensé, pero tiene que haber una conexión más allá de la música. Por ejemplo, ahora estoy laburando un tema reggaetón con Emi Martos, una amiga con la que me divierto y se dio casi solo, fue juntarnos y decir “Hagamos algo”.

Hablemos sobre tu nombre, Shitstem

Nunca me acuerdo el momento en el que dije este es mi nombre, simplemente lo adopté. Es una palabra que conocí por el libro “Generación hip hop”, que cuenta la historia de la cultura. Es un juego de palabras entre sistema y mierda, me gustó un montón porque representa lo que pienso. Un día lo empecé a escribir en todos, en ese momento ni pensaba que iba a rapear, se dio sin pensarlo tanto.

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¿Cómo pasaste la cuarentena?

La pandemia más que sumarme me restó, me dí cuenta de que escribo cuando salgo de mi habitación, me inspiro cuando salgo a la calle. Estar adentro de mi casa constantemente se hacía muy difícil además por el no poder tocar, que es lo que más disfruto en la vida. No sólo desde lo creativo y sentimental, desde el lado económico también fue muy duro, casi toda mi familia vive de la música. Pero al final aprendí a disfrutar las pequeñas cosas, porque antes, si tenía cinco fechas en la misma semana me ponía en modo automático, cuando las cosas se empezaron a flexibilizar fue súper especial volver a tocar en bares, en festis. Siento que este va a ser un lindo año.

Mirá la participación de Juana en el ciclo “Porque Sí”, “que hace visible la dinámica del circuito under, convoca a DJs, poetas, bandas y cantautoras mujeres, lesbianas, trans, travestis y no binaries de todo el país”.