Los profesionales nos asesoran sobre el primer paso de la rutina de skincare y el popularizado uso cosmético de los aceites naturales.
Consultamos a una dermocosmiatra, una cosmetóloga y especialista en dermofarmacia para saber mucho más sobre la limpieza del cutis. Revisamos las fórmulas más indicadas para higienizar la piel, cuál es el efecto de los productos que utilizamos normalmente y lo que se debe tener en cuenta para el uso posterior de aceites naturales. ¡Chequea esta nota para aprender y revisar tus hábitos matutinos!
¿LO ESTÁS HACIENDO BIEN?
Es muy importante limpiar el cutis al menos dos veces al día, por la mañana y antes de ir a dormir. Dependiendo de las actividades de cada persona, por ejemplo, si se practica un deporte en el que se va a transpirar mucho puede considerarse una tercera limpieza, pero no es estrictamente necesaria. Respecto a la temperatura del agua, lo ideal es templada tirando a fría. Si está muy caliente, se expanden los capilares, haciendo que se deshidrate con mayor facilidad. Si está muy helada, los capilares se contraen. En pieles con sensibilidad, rosácea o alguna patología inflamatoria, estas temperaturas extremas producen enrojecimiento, ardor y picor.
GELES Y EMULSIONES: ¡ES POR ACÁ!
Los limpiadores más adecuados son los sintéticos, aquellos cuya formulación -sea gel, espuma, no importa el formato- tiene tensioactivos sintéticos. Son amables y respetuosos por tener un nivel de acidez mucho más próximo al de la piel y no generar un desequilibrio en el pH. ¿Cómo encontrarlos? Leyendo en la etiqueta las indicaciones “syndet”, “soap free” o “sin jabón”. Para las pieles grasas, la cosmetóloga Yamila Pérez sugiere los geles, por ser más livianos y dejar un acabado no-oleoso. Mientras que en el caso de las pieles secas, las emulsiones son más adecuadas dado su mayor contenido graso y efecto humectante.
EL AGUA MÁS FAMOSA
Las aguas micelares se aplican sobre el rostro sucio y siempre deben enjuagarse correctamente. En cuanto a la composición química, todas son muy similares, pero cualquier persona, indistintamente de su tipo de piel, debería elegir una libre de alcohol y fragancia, para disminuir las posibilidades de irritación. Su función limpiadora es insuficiente comparada con la de los geles y emulsiones, por lo que la dermocosmiatra Paula “Puli” Machado directamente prefiere no utilizarlas.
EL JABÓN, PARA EL CUERPO
¿Lavás tu cara con jabón? ¿De carbón activado? Antes de escuchar la próxima publicidad, tenés que saber lo que opinan las especialistas que consultamos: en casi todos los casos tienen un pH muy alcalino, mientras que nuestra piel es ácida. Entonces, al utilizarlo continuamente en el rostro, el manto que recubre la piel se altera. La barrera cutánea se deshidrata, queda opaca, áspera y posiblemente con alguna inflamación o lesión. Nos quedó clarísimo.
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TRENDING: ACEITES
En primer lugar, es importante diferenciar entre dos tipos de aceites, los naturales vehiculares, como almendras, jojoba, coco, etc, que se extraen de alimentos ricos en grasas, y los esenciales, que se obtuvieron mediante presión o destilado a vapor de ciertas plantas y no son aceites como tal, ya que no están compuestos de ácidos grasos.
La aplicación, esparciendo unas gotas con algodón o los dedos, se prefiere para casos muy particulares de deshidratación extrema y personas que vivan con clima seco o bien que estén con calefacción en todo momento. Después de una crema humectante, el aceite hace una película oclusiva, retiene más la hidratación y aporta luminosidad. Nuestras entrevistadas coinciden en elegir el de jojoba, que en verdad no es un aceite sino una cera que aporta elasticidad: “Es muy complicado que las concentraciones de los aceites vegetales sean exactas, por eso se desarrolló la farmacia. Pero en mi opinión personal, es mejor utilizar un aceite que no utilizar nada”, dice Verónica Vivas, especialista en dermofarmacia.
Al momento de comprarlos en la farmacia, siempre hay que chequear en la etiqueta que cumpla con todos los requisitos de ANMAT, como la fecha de vencimiento y la lista INCI (Nomenclatura internacional de ingredientes cosméticos) . Yamila indica: “Tiene que ser un producto elaborado específicamente para el uso tópico, porque a los que accede la mayoría no lo son. Pasa mucho con el aceite de ricino, por ejemplo, que le adjudican el crecimiento de pestañas y como resultado te da un orzuelo”. Puli agrega que ninguno mejora el acné, porque es una condición médica que requiere tratamiento dermatológico y acompañamiento cosmiatrico.
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