Según la BBC es uno de los 100 mejores films del siglo XIX -el número 22- y no podríamos estar más de acuerdo. En Le Banana te damos seis razones para ver esta película de culto, ahora disponible en Netflix.
La ropa interior rosa en primer plano indica el inicio, recreando una obra del icónico artista del fotorrealismo John Kacere. Pasaron 18 años desde que Sofía Coppola estrenó Perdidos en Tokio –Lost In Translation-. Lejos de los spoilers, te contamos por qué es una joyita de su escritora y directora, así como del cine contemporáneo. Con un presupuesto acotado, de producción independiente, la magia sucede a través de Scarlett Johansson y Bill Murray, la dupla de co-stars tan poco probable como épica: el diálogo del final se desconoce hasta el día de hoy, y eso incluye a la propia Coppola. “Iba a averiguar qué decir y agregarlo, y nunca lo hicimos. Fue algo entre ellos. La gente siempre me pregunta qué dice y me gusta la respuesta de Bill: que es entre amantes, así que lo dejaré así ”, le aseguró a The Daily Beast, mientras los fanáticos siguen teorizando.
¿Cómo están tus relaciones?
Como dijo Britney Spears, “my loneliness is killing me”. Sofía escribe el guión mientras se replantea su primer matrimonio, con el también director Spike Jonze, y plasma el sentimiento de vacío durante esa etapa de su vida a través de Bob y Charlotte, los protagonistas. Mientras que a él le pesan los 25 años de casado, ella ya pierde el encanto en las bodas de algodón. El estreno coincide con el divorcio de la cineasta.
Charlotte, la Lauren Bacall del siglo XXI
Scarlett Johansson era una adolescente de 17 años interpretando a una joven adulta. La directora la veía como la Lauren Bacall para su Humphrey Bogart en el film The Big Sleep y estaba segura de que la química entre ellos haría lo suyo. Inclusive la diferencia de edad no acaba siendo “espeluznante ni lujuriosa, porque Bill es como un niño”, declaró Coppola en una entrevista por el décimo aniversario de la película con The Daily Beast .
Bill, Bob & Humphrey Bogart
Bob Harris fue especialmente creado para Bill Murray. Coppola Jr. no concebía el personaje para nadie más, aunque encontrarlo era todo un desafío, ya que la personalidad reticente le impedía al emblemático actor tener un agente. Lo contactó a través de conocidos del golf y, para sumar estrés, el arreglo fue de palabra. Como le dijo Sofía a Little White Lies, “fuimos a Tokio con la esperanza de que él apareciera. (…) No iba a hacer la película si él no la hacía”.
A Family Affair
Sofía Coppola venía de llamar la atención de la industria y del público con su ópera prima, Las Vírgenes suicidas. Con Lost In Translation revalidó su apellido, nominada a cuatro Premios de la Academia, incluyendo Mejor Película, Mejor Actor, Mejor director y Mejor guión original, estatuilla que la neoyorkina criada en California se llevó a casa.
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In Love With Japan
Las luces de neón y el tumulto de la capital nipona aturden a los protagonistas en soledad. Cuando se vuelven partners in crime la cosa cambia y disfrutan de Tokio como verdaderos locales. El sushi, el karaoke con peluca cosplay incluída, ser perseguidos con una pistola láser de juguete y acercarse a algún templo a admirar la espiritualidad. Respecto a locación principal, es el exclusivo Park Hyatt que albergó a la directora durante la promoción de Las Vírgenes Suicidas y se convirtió en uno de sus lugares favoritos en el mundo, por la fusión de las culturas oriental y occidental. El rodaje se realizó de madrugada para cuidar lo más valioso del hotel, los huéspedes de no-ficción.
Lost in her soundtrack
Las bandas sonoras en las películas de Sofía Coppola son tan icónicas como imprescindibles. En este film aparece el rock de My Bloody Valentine, Kevin Shields, Air, The Jesus & Mary Chain y Phoenix, cuyo líder Thomas Mars es su marido desde hace casi 10 años. ¡Escucha la lista completa en nuestra playlist!
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