Con tracks sintéticos, el nuevo material de la colombiana estadounidense suena en su lengua madre, con ritmos latinos y aroma a empoderamiento femenino
La artista de voz naif y dulce estuvo todo el año demorando la salida de su segundo disco. Nadie quería lanzar música nueva sin poder presentarla en vivo y en un clima de pandemia y, por eso, editó el EP “To Feel Alive”, a mitad de año. Pero la pandemia seguía y seguía. Todavía sigue. Después del éxito rotundo de su primer disco Isolation, en 2018, Kali ahora se propuso lanzar un álbum en su lengua madre y revalorizar ritmos latinos como los boleros y el reggaeton de los 90, pero con perspectiva de género.
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Kali eligió para su nueva obra de 34 minutos y 13 canciones el título ‘Sin Miedo (del Amor y Otros Demonios) ∞’, en honor a la novela de Gabriel García Márquez y cuenta con la producción de su amigo Tainy y featurings con Rico Nasty, Jhay Cortez, Jowell & Randy -los tres cortes de difusión antes del lanzamiento oficial- y PARTYNEXTDOOR.
Aunque aquí y allá se pueden escuchar partes de ella cantadas en inglés, son tan sólo bocados que le dan color a las canciones. También tiene fragmentos o interludios de Uchis en plan telenovela latina, como en “La Luna Enamorada”, el track que abre su obra o el cover de Gabriel Luna De La Fuente y Fernando López Mulens, “Que Te Pedí//”, popularizado por La Lupe. También en clave seductora se presenta “Vaya con dios”, un track que se impone como un soundtrack de la próxima película Bond, suave, sensual y traicionero, que también tiene colores de Portishead.
Después de la participación de Kali en dos canciones de New Me Same Us, el disco 2020 de la banda de electrónica y nü jazz sueca, Little Dragon, donde la voz de la colombiana se funde a la perfección con la de la cantante sueco japonesa Yukimi Nagano, ella y el batero Erik Bodin devolvieron la gentileza y participaron en “Quiero sentirme bien”, una balada fluida y dulce de sintes para andar liviana.
En la segunda mitad del disco, los sintes aflojan y le dan paso a un perreo intenso y latino que recoge las bases con las que creció Kali: Don Omar, Daddy Yanquee, Ivy Queen, Tego Calderón, y Yandel, entre muchos otros, pero sin la misoginia característica del ritmo de los noventa. Como dice Uchis en su ft. con Rico Nasty, “¡Aquí yo Mando!”. Además de aliarse a la rapera de Washington, Kali se alió a la compositora ecuatoriana Cris Chil para las letras más picantes, como “Te pongo mal”, un reggaetón clásico, portorriqueño y agresivo con aroma a hitazo que alterna ritmos, más las voces de Jowell & Randy, donde Kali se jacta: “Tengo un flow que vale oro”. Y sí, amiga.
A modo de coda del disco latino, la Uchis eligió “Ángel sin cielo”, una balada deforme que transmite exactamente el lugar en donde está parada la artista: “Hay que hacerlo sin miedo/ La vida es una y a nadie le debo”. La colombiana no le debe su éxito ni a Tyler The Creator, ni a Snoop Dogg (el primero en descubrirla en Youtube), ni a ninguno de los colaboradores que potencian un discurso e identidad picante, ya de por sí establecida. Kali va por ahí mandando con estilo, sin miedo y con su propia luz.
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