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Fashion Alert: COPENHAGUE, EL FASHION WEEK DE LA MODA ESCANDINAVA

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Por Josefina Martínez

Recién terminado el mes de desfiles internacionales, en Le Banana hacemos foco en otra de las capitales de la moda más importantes hoy, que genera tantas tendencias de estilo como de influencers.

A los daneses no parece importarles mucho las reglas; el estampado de leopardo es básicamente su negro”, dijo Grazia UK sobre el estilo de los protagonistas de la moda nórdica. Hace rato los escandinavos tejen tendencias admiradas por el resto de las capitales. Sin la edición de Estocolmo (cancelada por razones ambientales), Copenhague acaparó la temporada de desfiles. Con la distintiva elegancia effortless, un jugoso street style y las it girls de bandera en las primeras filas, esta es la selección de las marcas y personajes que tenés que conocer. 


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Ganni

Es la etiqueta de los vestidos para usar con zapatillas y moverse en bici. Timoneada por el Sr. y la Sra. Reffstrup, la danesa cumple diez años y es la más internacional, con devotas -o #GanniGirls– como Alexa Chung. “Double Love” se presentó en una cancha de tenis con clima de lluvia y recital, musicalizado en vivo. Aportando la energía y el humor de siempre al minimalismo nórdico, se la vió más madura y sofisticada. Con conjuntos en tonos neutros a modo de descanso, se permitió la diversión con prints de cebra, leopardo y serpiente en brillantes verde, turquesa y lila. El volumen estuvo reservado para las mangas y la soltura, en el resto del cuerpo, que colaboraron con la causa ciclista. Las estrellas absolutas, las botas de animal print a la rodilla.

Saks Potts

Popular en Instagram por su abrigo Foxy en colores jugados, Saks tiene por clientes a Beyoncé, Emily Ratajkowski, Selena Gómez y la fashionista en potencia, North West. La marca de Cathrine Saks y Barbara Potts presentó “Latina Gala”, una colección inspirada en el ícono de la música mexicana, Selena Quintanilla Pérez. Hizo referencia directa en maxi vestidos, strapless y tops con volados, dejando desnuda la cintura, en un gesto noventoso. Estampas a lunares y flores salpicadas se equilibraron con total looks en denim, charol y visón. Sumó varios modelos de trench, pantalones de corte sastrero y la estética cowboy -trend alert- en chaquetas, texanas, sombreros y cinturones. Las botas se vieron a altura de la rodilla, pero aquí en cuero microperforado. Lo más deseado de la paleta, la genial gama de marrones.

Brøgger

La diseñadora tiene base de operaciones en Londres e hizo escuela en Erdem y JW Anderson. Julie Brøgger juega con los estereotipos de vestimenta masculino y femenino, los une yendo de la sastrería a los vestidos a través de la superposición o layering. Este  verano hizo un despliegue ochentoso: diseñó camisas y blazers con hombros exagerados y pantalones y bermudas holgados. En contraposición, usó vestidos súper femeninos con volados, fruncidos y drapeados. Con algunos condimentos del verano anterior, como los floral prints que parecían manteles, estampó lunares, rayas y cuadros. Diversidad y democracia presentes, modelos masculinos desfilaron los looks por igual. Los zapatos del show eran vintage, en un guiño sostenible.

Cecilie Bahnsen

Es una de las más jóvenes y establecidas. La diseñadora es reconocible por los trajes sastreros y vestidos etéreos. Fiel a sí misma, en la húmeda zona portuaria, mostró una línea en blanco, negro, amarillo y rosa bebé. Vestidos románticos, volátiles y voluminosos, con lazos sujetando espaldas y mangas enormes conteniendo brazos. La sastrería, suavizada por el mismo lenguaje de la seda, organza y cloqué. En sí, lo suyo no es el print ni el full color, pero sí la textura y el detalle a mano, como los detalles de las plumas de avestruz y el punto smok, que se llevaron toda la atención. Asociada con una joyera local, ornamentó con perlas, como en zapatillas y ojotas bordadas.

Stine Goya

Ya lo digo Vogue: “Stine Goya tuvo el mejor espectáculo de Copenhague”. Titulado “House of Goya”, convocó a voluntarios de la app de citas, Bumble, como modelos. Chicos y chicas llevaron los vestidos insignia de la casa en una cancha de básquet que sirvió de locación. Marcando un punto revolucionario de empatía LGBTQ entre los daneses, se resumió en libertad de expresión y extravagancia absoluta: volados y fruncidos repartidos, lunares y flores desbordando en los brazos. Con tonos intensos de verde, rosa, azul y amarillo, Goya afianzó el nuevo lenguaje nórdico que rompe con el típico minimal. Pelo y make up respondieron a los looks de los años 80, sobre todo en el estilismo, con medias de lycra y plataformas toscas.

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