Con la ayuda de Jon Brion (productor también de Kanye West, Frank Ocean), el último disco de Mac, Circles, se completó gracias a que, después de escuchar algunas de las primeras versiones de las canciones, liberó su calendario para darle forma según algunas conversaciones que ellos habían tenido en vida. La última obra póstuma del artista salió unos días antes de su vigésimo octavo aniversario y ya vendió más de 200.000 copias en la primera semana.
Hace diez días la familia de Mac anunciaba la salida de un último disco. Malcolm James McCormick falleció en septiembre de 2018, a los 26 años, un mes después de la salida de Swimming, el disco anterior que había sido todo un éxito. Circles viene entonces a completar un ciclo y ayudar a todos -fans y colegas- a cerrar un duelo de la mejor manera posible. “Son dos estilos diferentes que se complementan entre sí, completando un círculo”, decía la familia de Mac hace diez días, cuando anunciaron en las redes la salida del álbum. El concepto indicaba que este nuevo álbum completaba la idea de nadar (Swimming) en círculos (Circles).
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“Simplemente sabemos que para Malcolm era importante que el mundo lo escuchara. Esperamos que te tomes el tiempo. La expresión de su rostro cuando todos escuchaban lo decía todo”. En un disco más cantado que rapeado, Mac Miller expresa todas sus tribulaciones con un suave golpe de melodías, instrumentación de electro jazz y R&B, por momentos funky, bajo un contexto lírico complejo y personal que no traen ningún tipo de alivio ante la pérdida de un gran y joven músico.
Si en “Swimming” cantaba “Me estaba ahogando, pero ahora estoy nadando/ a través de aguas estresantes para el alivio“, bajo una indiferencia total entre estar y ser infeliz, ahora, en el tema que le da nombre al disco, Mac canta(ba) “No te estreses más, es un día a la vez“, con una melodía resignada, entre dulce y melancólica.
Es un mundo triste sin vos, Mac. En “Blue World”, Miller rapea sobre una base trippy y alegre típica de Disclosure, producida por Guy Lawrence, uno de los integrantes del dúo de EDM. Sobre ella, Mac habla de dejar de lado las nimiedades y de cantar para volver las cosas mejores. Tal vez, para dejar de nadar en círculos y finalmente encontrar una salida a su melancolía.
Los sintetizadores de “Woods” le dan un pulso entre popero, ochentoso y R&B, en una de las canciones dedicadas a la ruptura con Ariana Grande, bajo una melodía tranquilizante que bien podría haber entrado en un disco de la cantante.
Con el diario del lunes y un compendio de frases como “Necesito a alguien que me salve / Antes de volverme loco”, en “I Can See”, o “Pasé todo el día en mi cabeza“ (“Good News”), es difícil imaginar una salida sanadora para Mac Miller en donde, al menos, nos queda disfrutar, paradójicamente, de su tristeza y compleja existencia.
Swimming es desesperante musical y líricamente, aún con el acompañamiento de artistas como Thundercat, John Mayer y Steve Lacy. Pero gracias a la llegada de Circles, todo tiene mucho sentido. El lanzamiento funciona como secuela y viene a traer al menos un poco de paz. Un mínimo consuelo que funciona como legado y a la vez despedida de un músico que, sin dudas, será extrañado.
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