Hace rato que Vanesa Krongold dejó de ser una promesa del diseño local para transformarse en uno de los máximos exponentes de la moda latinoamericana en el mundo. Nueva York, Berlín, Londres y México son algunos de los países que conquistó con sus estampas sublimadas, estilo techie y eclecticismo. Charlamos con ella y nos contó detalles de su última colección, su relación con el mundo oriental y sus planes para el futuro.
¿En qué se basa tu nueva colección?
Les voy a dar una primicia… ¡la nueva colección es una colaboración con Complot! Es un desafío hermoso y un gran crecimiento. Estoy cada vez más segura de que las colecciones no necesitan respetar una temporada fija sino realmente ser relevantes, que la veas y digas: “Me encanta quiero usar esto, es lindo, está bien cosido, es impactante”… voy más por ese lado.
¿Cómo te llevás con esta alianza con una marca tan comercial siendo una diseñadora con una impronta más de autor?
Amo los desafíos, es una forma de aprender. Esto me obliga a pensar cómo plasmar una idea para mostrarla en un dibujo que se entienda, que lo entienda la gente de marketing y todos los eslabones de la industria. Encontrar ese equilibrio es una experiencia hermosa, estoy creciendo un montón y eso me encanta.
¿Qué prendas se van a destacar?
Estamos trabajando una línea de básicos bastante exagerados. Las remeras y los buzos enormes con estampas van a ser protagonistas. También hay vestidos más exclusivos. Es una colección grande, con quince conjuntos.
¿Qué presentaste en Nueva York?
Presentamos una colección cápsula para Epson, que me llevó como diseñadora argentina. Éramos cerca de quince diseñadores de Latinoamérica. Fue una colección muy inspirada en Japón. Todas las estampas son fotos que saqué en templos, mezcladas con un caleidoscopio que encontré en un museo. Las siluetas también son muy orientales.
¿Qué te pasó como diseñadora en Japón?
No podía creer que mi ropa fuera tan de esa cultura. La gente siempre me decía que mi ropa era muy de ahí, pero nunca había pensado que era tan cierto. La silueta de mis diseños es muy japonesa, la idea de una mujer que no tiene que mostrar tanto para sentirse segura, las capas de ropa, los colores…todo lo que vi en Japón tiene que ver con mis creaciones. Además, Japón tiene esta cosa de la tribu urbana muy marcada; ahí la identidad de cada persona está muy bien trabajada de pies a cabeza y eso es genial. Por otro lado, hay una combinación perfecta entre tecnología, vanguardia y naturaleza y todos esos elementos son maravillosos para el diseño.
¿Tenés pensado vender Vanesa Krongold en algún otro país?
En Japón me encantaría.
¿Y existe la posibilidad?
Sí, sí…Pero también sentí que Japón era un lugar para mirar y conocer primero. Creo que hay que entender bien qué quieren las mujeres orientales cuando compran, qué buscan… pero claro que vender ahí es una posibilidad.
¿Sentís que los argentinos entienden tus diseños?
Creo que sí. No pienso que empezaron a comprarme acá porque antes vendí en Londres, México o Berlín, no tengo esa mirada. Buenos Aires y Argentina me abrieron todas las puertas primero. Tengo clientes que vuelven por quinta vez y quieren comprar siempre mi ropa. Es un público acotado pero que admiro, mujeres creativas a las que miro y pienso: “Quisiera ser vos”. Me pasa cada vez más que veo que mi cliente es una proyección de mí y eso está bueno y te anima a seguir.