Por @catagreloni
Brillante, lujoso, suave y sensual, el terciopelo es tendencia y vino para quedarse. En accesorios, en detalles de prendas, en prendas oversize y total looks monocromáticos, el reflejo aristocrático del textil seduce a todos por igual y hombres y mujeres se rinden ante los poderes del terciopelo.
Para los más tímidos o cautos con esta nueva ola de suavidad, recomendamos incorporar el terciopelo en accesorios: una buena cartera, unas botas de caña corta o un foulard de color pueden aportar el toque justo sin tomar demasiados riesgos. En la vereda de enfrente están quienes eligen llevarlo con orgullo, en dos o tres piezas, en colores estridentes y en monocromo. ¿Por qué no ser dramática y llevar una robe azul noche hasta el piso?
El terciopelo se lleva muy bien con los tejidos finos como la gasa y la seda y también, para sumar contrataste, con el denim. Si elegimos un vestido de terciopelo negro es ideal mezclarlo con otras prendas a tono de lana o gabardina y así jugar con el contraste de brillos de las distintas prendas, sin sumar color.
Otra opción es convertir a la prenda de velvet en la estrella del look. Aprovechar su textura al máximo y en colores estridentes que contrasten bien con las otras prendas, tanto por materialidad como por color. Casi siempre es mejor elegirlo en prendas superiores como buzos, tops o sacos porque es un textil que aporta bastante volumen y es complicada de lucir en prendas inferiores.
Dale rienda suelta a la suavidad y combinalo con otras tendencias del momento: superponelo con varias prendas de diferente materialidad como una camisa de algodón, un denim, un sweater de lana, en tipologías masculinas, utilitarias y deportivas o llevalo en un conjunto monocromo bordó, uno de los colores del invierno 17.