Un descomunal ojo Orwelliano de metal vigilaba la Sala Cronopios del Centro Cultural Recoleta. Más allá, un ataúd de dimensiones exageradas captaba la atención de quienes esperaban a que comenzara el fashion show de Martín Churba. En la esquina, una estructura con cepillos cilíndricos tipo car wash era el spot más buscado para hacer selfies. El toque surrealista estaba dado por unas piernas de mujer, que pedaleaban una bicicleta que no iba a ningún lado; la alfombra roja con flashes aportaba el toque de glamour justo y en el fondo, un podio bendecido por una cruz de pantallas terminaba de completar la escena.
Todas estas obras forman parte de “Naturaleza Muerta”, la muestra del colectivo artístico Doma que cortó la racha de una década sin presentar piezas inéditas en la Argentina. Rodeadas por las obras, el último viernes de agosto, las modelos mostraron la colección SS19, Ensayo sobre croma líquido, de Tramando.
La pasarela y la música reflejaron el estilo poco ortodoxo y artístico de Churba. Las modelos emergían del ataúd, pasaban por los flashes de la red carpet, llegaban al podio y salían renovadas de los cepillos: allí, Churba las accesorizaba. La banda sonora, por su parte, fue un mashup nostálgico de beats electrónicos salidos de un celular Nokia 1100, de la viborita, del MSN y Mario Bros. Un guiño vintage que contrastaba con la puesta de Doma.
Las creaciones de Churba se identifican a kilómetros de distancia. Sobresalieron colores que hoy son tendencia como el amarillo, el lila y los metalizados. Quedó en evidencia la maestría del diseñador en el trabajo textil, especialmente en los vestidos irregulares. Los ganadores fueron los conjuntos, como unas bermudas y blazer oversize en blanco, con pinceladas azules y negras; una chaqueta a la cintura y pantalón en coral empolvado y el preferido de la noche, un pantalón oversize con chaqueta larguísima en patchwork.
Enjoy.