Por Josefina Martínez
La edición número 34 del Visa BAFWeek mostró las claves de uso del próximo verano. Las etiquetas y diseñadores más importantes develaron sus propuestas para el guardarropa estival y en Le Banana elegimos qué fue lo que más nos gustó.
El mimbre, en manos de Mauro Pesoa
El talentoso diseñador formoseño se subió por segunda vez a la pasarela de la mano de Autores de Moda BA. Mauro Pesoa volvió a demostrar su expertise en el arte del mimbre y se apoderó de él para componer cascos de bicicleta, riñoneras y chokers. También, para interrumpir la organicidad y amabilidad del algodón y el lienzo, sus telas bases, con bandas de entretejido o en una textura de flecos, casi como de puercoespín. Los pies también van enfundados con mimbrería y, en las espaldas, se vio un código QR que invitaba a ser escaneado para descubrir un poco más del proyecto basado en un oficio ancestral.
Brillos & batik, la fórmula Kosiuko
El rock de siempre evolucionó con el batik como estrella absoluta y en todo tipo de prendas: desde faldas boho y vestidos livianos hasta chaquetas, chalecos y pantalones de denim. La combinación con cuero metalizado, brillos y animal print apareció en una paleta de fucsia shocking, rojo, verde, amarillo, rosa y azul, con acentos flúo. Blazers y minishorts, infaltables en su ADN, abrieron paso a otro protagonista del perchero KSK 2020: los flecos.
El universo pictórico de Mila Kartei
La riqueza de la marca en materia de estampas se cruzó con Henri Matisse y así surgió la propuesta Collage para el verano que viene. Con el color blanco como soporte, amarillo, naranja, celeste, rosa y azul vibraron en conjuntos con detalles de cuero y lurex. El carácter más casual de t shirts y denim se sumó a prendas más elegantes, como blusas y faldas midi. Los sombreros, pañuelos y las ugly sandals accesorizaron los looks, haciendo juego con las ilustraciones.
Chic Style, at Ginebra
Con Family First, la colección incluyó toda la variedad de tipologías mezclando el código deportivo con las prendas de noche. Convivieron sedas con cuero, denim, bordados y brillos en T-shirts y chandales de algodón bien urbanos. La sastrería, el animal print y el batik, la tendencia obligada del próximo verano, se acoplaron a la propuesta. Lo mismo el calzado, que fue desde zapatillas blancas a botas de caña corta.
Un verano bestial y tied up
Los códigos sastreros tradicionales le dieron paso a los sistemas de tiras, que se entrecruzaban y terminaban de dar soporte y sostén a las distintas tipologías. El juego con la piel, atando, anudando o descubriendo un hombro aportaron sensualidad y estuvieron en sintonía con el Tango, que inspiraron la colección, la ambientación y la música del desfile. También hubo dos bailarinas, que cerraron la historia en la pasarela y una propuesta de trajes de baño, en la paleta acotada de la marca: rojo, amarillo, verde, blanco y negro.
Sadaels, deconstruyendo con mini bags
En una cita privada en locación externa, el diseñador mostró nuevamente sus bases belgas, de donde aprendió la deconstrucción. Inspirado en los 90’s, en la época de Pizza con champagne, las mini bags y las riñoneras se llevaron toda la atención. En algunos casos éstas componían la prenda superior. Cuero, seda, algodón y vinilo estructuraron la sastrería y la camisería, impecables de la casa, con su insignia de caballos como estampa ocasional. Alguna que otra transparencia acompañó los predominantes rojo, negro, blanco y natural. Los acentos súper veraniegos, en celeste y lima.
El big mix de Vanesa
Con lo disponible, Vanesa Krongold se basó en la yuxtaposición de prendas y tejidos contrastantes, vinculados por superposición y sogas. Sus reconocibles tejidos whole garment en tonos neon, rapports multicolores y brillos fueron los protagonistas, al igual que el elenco diverso de modelxs que se movían al beat de las visuales en pantalla, a cargo de Básica TV. El maquillaje, arte facial también estridente, mostró ojos delineados en verde y violeta, acorde el espíritu de fiesta y desparpajo.
Mishka: Brasilian Vibes
#MishkaSaudades se transportó a Río de Janeiro como fuente de inspiración. Con el ritmo de samba y larguísimas hojas brotando de algunas espaldas, fue puro color y contraste. Blanco, negro y gris con naranja, tonos de amarillo, verdes, celeste, rosa y azul. Las telas y las formas, bien orgánicas, fluían. El papel protagónico de siempre para las sandalias y carteras de cuero, más mochilas y tote bag para llevar a la playa.
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Raimondi es genderless
La identidad entre deportiva y sastrera, de primera líne, es lo que caracteriza al diseñador. La concepción del diseño y su estructura de pinzas y cruces tiene orígenes en prendas masculinas, pero desde su funcionalidad, es sin género. Por eso, chicos y chicas lucieron los looks de camisas, pantalones cortos, trajes, chándales y sobretodos. Telas sporty como frisas y mesh y tejidos sastreros aparecieron con estampas batik, en una paleta de blancos, azules, celeste y amarillo. Pura actitud y un novedoso lenguaje en la movida local, el de género fluído.