Estamos viviendo días de locura por el anuncio de Taylor Swift en Argentina, el 9, 10 y 11 de noviembre, en el Estadio River Plate, en Núñez. Sabemos que el fervor seguirá vigente de acá a noviembre ya que ayer se agotó la preventa en una hora de entradas con beneficio de un banco y hay swifties que faltaron al colegio, a la universidad y al trabajo para asegurarse un buen lugar en la fila y comprar las entradas generales.
En Le Banana, al no ser swifties de pura cepa, decidimos tomar una sabia decisión y no wikipediar a la artista del momento, que comenzó su carrera siendo teenager como popstar country. Para comprender mejor el fenómeno, le escribimos a periodistas de música y guionistas amiguis para que nos cuenten holísticamente la complejidad del torbellino Swift y así sumar más gente a la comprensión del suceso.
Calculando mentalmente que en River entran 83.000 personas, o sea 166.000 distribuidas a lo largo de dos fechas (quizás 249.000 si anuncian esa tercera) y SOLO A LA PREVENTA CON LA TARJETA QUE NADIE TIENE SE CONECTARON 650.000. 🙃 https://t.co/f6WmHAkTVx
— bart (@bartristeahre) June 5, 2023
Abrimos el juego (y el texto) a que Bart Armentano, periodista de Rolling Stone e Indie Hoy, y Swiftie acérrimo, nos invite a las preguntas, en vez de entregar puras respuestas: “En los 2010’s, cuando los podcasts y las think-pieces convencieron al mundo de que todo pensamiento había de ser exteriorizado, no hubo figura más escrutada que Swift, la cantante de Nashville que migró del twang sureño al pop cosmopolita. Puede que Taylor sea la última expresión de monocultura: un bastión ubicuo capaz de resistir a la atomización cada vez más acentuada del consumo. ¿A qué se debe su inexorabilidad? ¿Por qué se ama y odia en partes iguales a alguien que hace algo tan poco controversial como escribir canciones de amor y desamor? Sería errado encontrar una única respuesta en la potencia de su obra cuando sobran los ejemplos en una discografía sólida, pero lo cierto es que los dotes compositivos de Taylor Swift son mucho más interesantes de lo que se le suele adjudicar. No solo sabe armar canciones, sino que logró darle al pop las mayores destrezas de géneros bastardeados, situando su extracto bajo una capa azucarada de virtuosismo melódico. Del género country se quedó con el lirismo minucioso; del hip-hop tomó nota de otras cuestiones más performáticas que formales, como las rivalidades públicas y el postureo de underdog, factores que contribuyeron a la mitificación de la persona pública. Hay que decirlo todo: por más misógino que haya sido, el ejercicio popular swifty de rastrear al ex detrás de cada canción le fue funcional a su conversión en ícono”.
Tamara Talesnik, guionista, escritora y docente, habla en primera persona de su relación con la música de Swift y principalmente de sus letras, que divide entre sus particularidades: “Ella tiene canciones con tres tipos de letras: las que parecen escritas con una pluma y tinta o salidas de una novela de Jane Austen, como “august”; las que suenan a confesiones escritas en lapicera tipo Parker, como “All Too Well”; y las que podrían haber salido de una lapicera con tinta rosa y glitter, como “Shake it Off” o “Blank Space”. Por eso es mi letrista favorita, porque es autoconsciente. Lo es cuando se pone melodramática, cuando es más honesta y cuando se burla de ella misma. Escuchar a Taylor Swif es como charlar con mis amigas, pero además es una narradora increíble. Casi todas sus canciones tienen un código metido adentro, una manera de ver el mundo, y a medida que fue avanzando en su carrera, esos códigos se fueron agrandando. A veces es más cínica, a veces, una romántica perdida. Otras, se enaltece y también dice hola, soy yo, yo soy el problema. Sus canciones evocan universos, presentan personajes, te llevan de viaje y hace lo que quiere con el lenguaje, desde la exposición de novelones del siglo XVIII a la incorporación de palabritas actuales de Internet”, dice.
SHE IS CHEER CAPITAN IM ON THE BLEACHERS
— tamara talesnik (@tamaratlsnk) June 5, 2023
La productora cultural y periodista Eugenia “Buji” Mariluz dice que Taylor NO es otra artista pop más y le adjudica esto a varias razones. A su calidad como letrista, a ser brillante en cuanto a estrategias de marketing y por cómo aprendió a moverse entre géneros: “Empezó siendo una artista country de un sello muy chico de ese género y evolucionó hasta ser una artista que solo hace giras de estadios. Tiene una de las discografìas más codiciadas en la industria musical, con una venta de tickets y de merch astronómica y además logró crear un fandom impresionante en cada país en donde se la escucha. Además, Taylor está muy comprometida con su arte y hace política a través suyo. Recordemos que tiene 6 discos que fueron “robados” porque ella, al no ser la dueña de las copias maestras ya que el director de su sello anterior a firmar con Universal, le vendió éstas a Scooter Brown (manager de Justin Bieber y Kanye West, en su momento). En vez de manejar este conflicto de forma privada y a través de abogados, Swift decidió llevarlo a la esfera pública para que la cuestión de los derechos de autores se convirtiera en una problemática de la industria. Entonces regrabó todas estas versiones, que ya hay dos publicadas, Fearless y Red. Taylor es un ícono pop que trasciende lo musical porque se vuelve relevante en la manera política en la que se para frente a la industria, la manera en la que trabaja, y en sus performances. Me parece genial el uso que hace del storytelling. Cómo decide la narrativa al hablar del robo de su discografía y, en vez de victimizarse en este robo, vuelve a grabar toda su obra años más tarde y a la vez se posiciona frente a nuevos públicos que antes no la escuchaban y tal vez llegaron a ella con discos más maduros, como Folklore”.
las chicas lindas nos obsesionamos con taylor swift datos no opinión 💋
— 🍮 buji (@bujjjjjjjjjjjji) June 5, 2023
Por otro lado, los tres especialistas consultados se toman su tiempo para destacar su evolución como compositora y cantautora. Tamara Talesnik acerca un consejo accesible y subjetivo, que es lo que estábamos buscando: ¿Por dónde empezamos los no swifties?
“Si hay que empezar a amar a Taylor en algún lugar, es en “All too Well” (la 10 minute version, obvio). Ahí hace todos sus truquitos: le escribe al ex novio que le duró dos meses (Jake Gyllenhaal) y le dice algo así como “me dejaste pero, escuchame, estoy segura de que te acordás todo esto que vivimos demasiado bien”: mi bufanda en lo de tu hermana, nosotros bailando bajo la luz de la heladera, vos llamándome para romperme como una promesa”. Y lo mejor de todo en esta canción en cómo pone los recuerdos en pasado, en cada una de las estrofas, que pasan a estar enunciados en presente en el segundo verso, porque ya no son recuerdos sino vivencias que la toman por completo y Taylor no puede dejar ir aun cuando haya pasado el tiempo. Las memorias en presente nos dejan igual de incrédulxs que ella ante el desamor de ese tarado, casi como si estuviéramos leyendo su diario íntimo. Por eso Taylor es mi favorita. Porque es una chica que dice la verdad, es romántica y también un poco una goma”, resume Talesnik.
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A nivel compositivo, Swift tiene una pluma excepcional que, a la vista de su público se puede ir viendo su evolución. “Desde una chica de 17 años, con una mirada más naif, hasta Midnights, su último disco, en donde muestra un punto de maduración muy grande. El talento de Taylor como escritora se puede ver en Red, el disco que supuestamente le escribe a Gyllenhaal, aunque ya habíamos visto su talento en Speak Now, un disco escrito enteramente por ella. Justamente, en el título ella les dice a sus haters “hablen ahora”, que escribí toda mi música solita y ya no me pueden criticar”-, comenta Mariluz, pero además agrega sobre la discografía- “Después de un tiempo importante de componer discos autorreferenciales y bastante dedicados a sus exs, (como Style, para Harry Styles, el de Jake o la canción “Dear John”, para John Mayer), en Folklore se dio el lujo de componer sobre cosas que no fueran de su vida personal, como el triángulo amoroso y ficticio que describe en “Cardigan”, “august” y “Betty”, y ahí nos permite comprenderla en su faceta como escritora de ficción. Si una presta atención en la manera en la que Taylor compone su música, se va a dar cuenta que hay una fórmula siempre similar. Primero un verso, pre estribillo y estribillo. Segundo verso, pre estribillo, estribillo y un puente -ella es muy conocida por sus puentes, donde se guarda la parte más cargada de la canción- y un verso final, así que además carga con una identidad propia”.
@wondxr.songs Taylor Swift – Midnight Rain 🪐 | #parati #fyp #foryoupage #letrasdecanciones #subespañol #traduccion #theerastour #taylorswift #midnightrain #midnights ♬ Midnight Rain – Taylor Swift
Además, Bart Armentano rescata su habilidad para posicionarse públicamente y cómo Taylor pudo salirse de conflictos mediáticos y salirse del ojo de la tormenta y fama de los novios y capitalizarlo con una habilidad, como mínimo, ingeniosa: “Si Taylor pudo capitalizar la interrupción de Kanye West en los Grammy, la bufanda de Jake Gyllenhaal y un larguísimo etcétera es porque es una genia del marketing, y ha sabido maniobrar su carrera acordemente. Cuando la fatiga en torno a su retórica victimista comenzó a asomarse, se permitió jugar con las prenociones que se tenían sobre ella y publicar una canción como “Blank Space”. Taylor se posicionó como propuesta acústica durante el reino de Gaga y Katy Perry; después, cuando el dominio de la EDM (Electronic Dance Music) terminó por saturar y el público orbitó hacia el minimalismo que sintetizaba Lorde, Swift se cargó el maximalismo al hombro con 1989. Ella no será una artista rupturista ni instalará modas como alguna vez lo hizo Madonna, pero la sombra de 1989 continúa sobrevolando cada rincón de la popósfera hoy, y Jack Antonoff, su amigo y dúo dinámico compositivo, sigue siendo el colaborador al que acuden todas las chicas que quieren su propio banger”, dice.
Buji está totalmente de acuerdo en este punto. Swift es, en efecto, una genia del marketing. “Ella piensa absolutamente en todos los detalles y trabaja con mucha anticipación. Tiene una relación con sus swifties muy conocida y les va dejando a sus fans mensajes a través de famosos easter eggs que va dejando a través de los colores que usa en las red carpets, en ciertos tuits o videos de tik tok. Ella habla más con las cosas que hace que con lo que dice porque logró crear un código que sus fans descifran por completo y son sus fans quienes logran terminar de darle la vuelta a la estrategia de marketing que ella propone”, explica Mariluz.
@karituiran19 @Karina Tuirán Todos los Easter Eggs de Karma, el nuevo video musical de Ice Spice. #taylorswift #swifttok ♬ sonido original – Karina Tuirán
Otro factor importante sobre la relación de Taylor con su fandom es la simpatía y empatía que demuestra y experimenta. Verdaderamente es un club de amigxs, como señaló previamente Tamara Talesnik, y aquì armentano lo conceptualiza: “Al igual que Tori Amos y Fiona Apple, cuyas ofensivas sensibles fueron y continúan siendo eminentemente femeninas, Taylor comenzó su carrera siendo ridiculizada por revelar toda su emocionalidad sin la mediación aceptable de la ironía. El reconocimiento vino con la venia del poptimismo y la emergencia de una juventud que, formada bajo nociones feministas, se mostró más receptiva a que una mujer famosa pueda sentir públicamente, escrachar, dignificar a sus fanáticas adolescentes y hablar sobre gatitos o hornear galletitas”. Armentano concluye que el storytelling swiftiano recuperó un cierto romanticismo que escaseaba en la cultura pop, y que Taylor lo puso al servicio de relatos que sintetizan vivencias intrínsecamente específicas al siglo XXI, actualizando así el linaje del singer-songwriter y generando una infinidad de adoraciones parasociales. “Tay-Tay nos regala una hoja de ruta a través de la cual entender la vivencia propia, y en tanto los seres humanos se relacionen, no faltarán motivos por los cuales enojarse: sobrarán las ex-parejas que nos hirieron, los romances que no fueron y las amistades corroídas que no tuvieron un cierre. Procesar todo eso, con el atenuante del pop, siempre va a ser más placentero. Las historias de amor will never go out of style, you could never shake them off”.
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