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LOLLA DAY 3: la dulce despedida del festival

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Por Cata Greloni Pierri

Toda la música, todos los estilos sonaron desde los predios del Hipódromo de San Isidro en la tercera jornada de su sexta edición.

“Buenas noches a todos. Perdón, buenas tardes. Un honor estar en el festival más grande del mundo, Lollapalooza”, dijo La Mona Jiménez apenas subió al Main Stage 1 desde el Hipódromo de San Isidro.

Carlitos Jiménez tiene 90 discos editados y 50 años de trayectoria y, a pesar de eso, se dio el gusto de tener su propio debut. El cantante recorrió su carrera a fuerza de su música popular cordobesa con “Un muchacho de barrio”,“Quién se ha tomado todo el vino”, “La pupera” y “Beso a beso”, para luego protagonizar el momento más hilarante del fin de semana XL al saludar al creador del Lollapalooza, Perry Farrell.

No son Led Zeppelin y difícilmente el público centennial y millenial de Greta Van Fleet sepan quién fue la banda de Jimmy Page y Robert Plant. Los hermanos Kizka, los rockeros estadounidenses de veinte años que llegaron en 2012 para darle F5 al rock, enloquecieron a los festivaleros antes del atardecer. Josh apareció en escena con vestuario seventies, al igual que el resto de la banda. Chalecos bordados y pantalones de terciopelo bordó y negro, flecos y camisas metalizadas. Sonaron muy bien “Highway Tune”, tema con el que comenzaron, entre gritos y aullidos afinados de su cantante, y “When The Curtain Falls”, canciones de sus discos From The Fires (2017) y Anthem of the Peaceful Army, del año pasado.

En su primera vez en el Lollapalooza, el joven trapero ya se colocó directamente en el Main Stage 1. La nueva revelación cordobesa se llama Paulo Londra y tiene millones de reproducciones en todas las plataformas musicales. Como buen showman, el veinteañero comenzó invitando a alguien del público a tirar tiros al aro de basket, justo antes del derrotero de hits como “Cuando te besé”, “Adán y Eva” y “Dímelo”. Para la foto y a modo de cierre, invitó a Steve Aoki en escena, para tocar el remix de su canción, “Forever Alone”

Al cierre de Londra, Lenny Kravitz tocó los primero acordes de “Fly Away” para empezar una seguidilla de éxitos clásicos, más alguna breve introducción a canciones de su último disco, Raise Vibration. Al final de “American Woman”, enganchó el tema con “Get Up, Stand Up”, de Bob Marley, para seguir con “Low”, “It’s not Over ‘til It’s Over” y “Again”. Como buen rockstar, el cantante neoyorquino se extendió del cierre para bajar del escenario y saludar a su público a los abrazos y rematar la noche con “Are You Gonna Go My Way”.

Kendrick Lamar maneja el flow, la intensidad y los silencios como ningún otro. En su primer show en Argentina, Kung Fu Kenny -su álter ego con el que abrió con una serie de cortometrajes visuales- pasó del rap puro y duro de DNA y ELEMENT (del disco DAMN) al funk de “King Kunta”, de To Pimp A Butterfly. También puso a prueba a sus fans de la primera hora con el disco que lo cambió todo, good kid, m.A.A.d city. Cantó “Swimming Pools” y pegada, “Backseat Freestyle”, al coro argentino de “DRANK!”.

Pidió un minuto de silencio para Nipsie Hussle, el rapero de Los Ángeles que murió ese mismo día acribillado frente a su tienda de ropa. “Perdimos un soldado”, dijo Lamar, después de interpretar “PRIDE”.

La segunda parte del show escaló con algunos de sus temas más conocidos, con un público atento que no abandonó en ningún momento las primeras filas del Main Stage 1. Le siguieron “LOVE”, la vibra pegadiza de “Bitch Don’t Kill My Vibe”, “HUMBLE” y, en su versión más pochoclera, la canción producida para la película Black Panther, “All The Stars”, en colaboración con SZA.

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