Por Cata Greloni Pierri
“Hoy el mundo ha perdido un gigante entre los hombres. Karl era mucho más que nuestro mejor y más prolífico diseñador: su genio creativo era impresionante y ser su amigo era un regalo excepcional. Karl era brillante, era malvado, era divertido, era generoso más allá de toda medida y era muy amable. Lo voy a extrañar mucho”. Así despedía Anna Wintour desde el portal de Vogue a uno de los diseñadores más importantes que tuvo este siglo y el anterior y que definió la cara del pret a porter y todo lo que se conoce hoy como Chanel.
Ayer por la mañana despertamos con la noticia de que el director creativo de Chanel, Karl Lagerfeld había fallecido a los 85 años. Después de asumir el mando en 1983, rápidamente revivió los códigos de la etiqueta francesa, reinterpretando los icónicos trajes de tweed, las camelias, los vestidos negros y las carteras matelassé bajo los códigos estéticos de cada década, sin olvidar las premisas de libertad, independencia y modernidad.
Lagerfeld nació el 10 de septiembre de 1933, en Hamburgo, Alemania y con apenas 21 años, ganó el Secretariado Internacional de Lana en la categoría de abrigos, compartiendo el escenario con Yves Saint Laurent, su conocido rival quien ganó por su diseño de vestidos. Este reconocimiento le valió un trabajo con Pierre Balmain, donde diseñó para películas y estrellas vestidas, incluida Sophia Loren, antes de convertirse en el diseñador jefe de Jean Patou.
En 1963 comenzó a trabajar en Chloé, la primera etiqueta de prêt-à-porter de Francia, a quien le dejó un legado de la ropa fácil de usar y confortable. Allí ocupó un puesto full time en 1974, antes de asumir el puesto de director creativo de pieles en la italiana Fendi, que lo mantuvo hasta su muerte. Al mismo tiempo, en 1983, Alain Wertheimer, el copropietario de Chanel, le pidió a Lagerfeld que le devolviera vida a la icónica casa, que había estado adormecida desde la muerte de Coco Chanel, tres años antes.
Resucitó sus colecciones prêt-à-porter, las de Alta Costura y los Métiers d’Art, concepto que lanzó Lagerfeld en 2002 para celebrar el artesanato de los talleres parisinos que Chanel adquirió a través de su filial Paraffection. Son 26 casas en total de una maestría impecable y que incluyen a la casa de bordados Lesage, Goossens (orfebrería), la especialista en plumas, Lemarié y Maison Michel (sombrerería), que une el lazo de trabajo entre Karl y Coco Chanel, quien trabajó con ellas.
Es imposible olvidar los lujosos sets de Grand Palais: hubo un barco gigante, un glaciar, un cohete que despegó, una Torre Eiffel dentro de un centro de exhibiciones y un supermercado por donde pasaban apuradas las chicas Chanel en zapatillas de tweed. Además se adaptó a los tiempos de las colecciones Resort con presentaciones en Versalles; Edimburgo y hasta en La Habana.
Parecía que el tiempo le sobrara, ya que además de diseñar seis colecciones al año para Chanel, Lagerfeld fue el director creativo de pieles y ready to wear en Fendi desde 1965. El diseñador multitasker también se alió con H&M en 2004 para crear la primera colección cápsula de un diseñador junto al gigante de fast fashion, a la vez que diseñaba las colecciones para su marca homónima, ilustraba una columna semanal de un diario alemán y fotografiaba a muchas de sus musas como Cara Delevigne, Kaia Gerber, Caroline de Maigret e Inés de la Fressange.
Más allá de sus imponentes mise-en-scène, sus colecciones atrevidas y actuales o sus dibujos, que llegaron a subastarse por miles y miles de dólares, su presencia icónica será imposible de olvidar: pelo largo recogido en una colita, lentes de sol oscuros, camisa de cuello altísimo, aprestado con saco a medida y guantes de cuero negro cortados, siempre acompañado de su gatito de Birmania, Choupette.
En un momento en el que los directores creativos parecieran entrar y salir a todo ritmo de las etiquetas más lujosas e importantes por una incesante puerta giratoria, llevándose puesto cientos de años de historia y legados históricos, recordaremos al ícono que cambió y revitalizó a una de las casas más vitales del mundo, y sólo le deseamos el mismo destino a Virginie Viard, la mano derecha de Karl desde hace más de 30 años y su nueva sucesora.