Después de un mes entero de pasarelas internacionales, nos detenemos a reflexionar para entender algunas de las novedades que vamos a ver pronto de este lado del globo y en Le Banana te bajamos algunas tendencias globales a colores, texturas, materialidades y morfologías. No digas que no te avisamos.
Ni flapper ni cowboy
Horizontales, verticales, de lujo, de telas brillantes, strass o estructurales, que forman parte de la prenda como recortes y luego se escinden para acompañar el ritmo del cuerpo, estos flecos no tienen nada de las flappers de los años 20. Vienen más tupidos, juveniles y en todo tipo de materialidades. Desde sedas y satén en las faldas de Alberta Ferretti, en ruedos y terminaciones de Bottega Veneta, o como texturas brillantes y nocturnas, para Genny, Del Core, Gucci, Armani y Jil Sander.
Ver esta publicación en Instagram
Colors In My Mind
El monocromo y el full color retornan a la escena con nuevas tonalidades que reaparecen y se repitieron en muchas de las paralelas de Londres, Copenhague, París, Milán y Nueva York, que merecen ser destacadas. En primer lugar, se percibe un juego de tonos neutros que se combinan entre blanco, crudo, amarillo pálido y todos los tonos entremedio, con los nombres que los diseñadores más prefieran: puede ser eggshell, tiza, blanco opaco o powder tones. Cualquier neologismo viene bien para describir una vibra noventosa y minimal que ayuda a descansar la vista con un swing que va desde las prendas más relajadas y descontracturadas como las que se vieron en los desfiles de Daniela Gregis o Jil Sander, pero también en impecables piezas sastreras en donde el color aporta un halo escultural. Para verlo basta con mirar las propuestas de Philosophy, Versace o Sportmax, donde se mezcla la sastrería impoluta con el utilitarismo. En segundo lugar hace su aparición el naranja que juega en full prendas y no tanto como acento de color. Este tono va desde los más cálidos hacia algunas tonalidades apenas terrosas, en textiles sedosos y vaporosos que permiten drapearlos y darle volados, hasta otros más planos como el shantung de seda, en mini vestidos y camisas. J.W. Anderson expuso los dos colores de tendencia juntos: un pantalón naranja, sìmil bolsa de nylon inflada, en combinación con su top celeste, tercer color que veremos en todos lados. Celeste cielo en drapeados al cuerpo, en tops lenceros, en corpiños estructurados. Celeste pálido en vestiditos camiseros y la sastrería de Bora Aksu. También en las estampas de Chopova Lewena, en el romanticismo y encajes, puntillas de Simone Rocha, o de Yuhan Wang. Entre el ìndigo jeanero y la sensualidad del babydoll, el celeste estará tanto en el cielo como en la tierra.
Not You Average Midi Girl
Veremos cuánto pega por estas latitudes latinas esta tendencia de hemisferio norte donde las piernas y rodillas van cubiertas, pero lo cierto es que pasarelas, calles de las ciudades de la moda y locales de ropa se llenaron con faldas, al cuerpo, sastreras y también voluminosas que solo exhiben tobillos o gemelos. Aquí sí que la propuesta se amplió y las hay estructuradas y minimalistas, de cierre tipo delantal; de estilo tubo y cintura alta, en cuero, algodón y sedas. Sin dudas, las propuestas más espectaculares fueron las de Bottega Veneta: un crisol de materiales como patchwork de tiras cueros, flecos tejidos superpuestos, maxi midis de cuerpo con mangas amarradas y superpuestas y otras en canvas con texturas superpuestas y vuelos frontales. Una clase magistral de Matthieu Blazy de diseño, innovación en tipologías, proporciones y paletas de color.
Sheer Heart Attack
Después de taaanta ropa deportiva, sportswear, streetwear, noventas y dos mil, hay un regreso a la simplicidad de la primera piel sastrera: la camisa abotonada y las blusas, y especialmente aquellas que permiten ver a través, como si ya pudiéramos deshacernos de la comodidad para hacer un retorno completo a una sensualidad màs sutil. Un velo elegante que aparece cubierto de organza en Prada, en tipologìas más cuadradas y deportivas para Anteprima, o en superposición de camisas, chaquetas y trench transparentes y en distintos tonos acuarelables -una genialidad-, como proponen desde Act Nº21. Aquì mandan los tonos neutros, del blanco al nude, pero se suman un verde malva, acentos en amarillo frío, más rosas y celestes.
De frunces y pliegues
Otra respuesta a la imposición del sportswear viene de la mano del artesanato textil. ¿Qué cosa no puede hacer tu máquina que mi paciencia y mano puedan lograr? Los drapeados sobre el cuerpo. La sensación de la tela abrazados sobre sí misma y sobre el cuerpo creando veladuras y apagándose entre sus relieves. En su mayoría expuestos sobre vestidos y focalizando zonas erógenas como los pechos, la cintura o la ingle, la atención se va hacia estas arrugas que calzan con maestría en los diseños de David Koma o en los tops de AAron Esh. También en los pliegues rellenos de cuentas de Fashion East, o en J.W. Anderson donde sus tiras abrazan y desnudan el cuerpo por momentos.
