Por Josefina Martínez
Agostina Hidalgo fundó su marca hace apenas dos años y ya se consolidó entre la nueva generación de diseñadores de autor locales. Después de presentar su colección de invierno 2024 en BAFWEEK dentro del espacio Autores de Moda BA, ganó el concurso en colaboración con FAD Connection y en septiembre asistirá a un curso de Imagen y Estilismo de Moda en Istituto Marangoni, en Milán, Italia. En Le Banana conversamos con ella para que conozcas quién es, cómo es su identidad como diseñadora y por qué se destaca en lo que hace.
Mientras cursaba la carrera de Diseño de Indumentaria en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UBA, la creativa oriunda de San Martín arrancó su camino profesional como pasante en la marca JT. Bajo el ala de la diseñadora Jessica Trosman, pasó de descoser jeans a ser la diseñadora a cargo, hasta que lanzó su proyecto propio, Agoshida. “Hoy mi desafío es poder hacer prendas masivas que respeten el mismo cuidado del diseño de autor. También me encantaría vender la marca en el interior del país e ir al Norte para incorporar técnicas autóctonas. El tacto me atraviesa mucho, por eso dejo todas las prendas al corte. Pienso en un diseño joven y federal”, comenta.
¿Quienes fueron tus maestras?
En la facultad, Andrea Saltzman me mostró lo que es un universo poético y Verónica Fiorini me enseñó la parte del producto. En FADU entendí el proceso creativo, encontré mi identidad y me formé como ciudadana. Mi primer trabajo, en JT, fue un antes y un después. Jessica Trosman me enseñó desde lo que es ser diseñadora de autor y trabajar un concepto de principio a fin, hasta llegar a una reunión con dos docenas de medialunas y preguntarle a un proveedor de tejidos cómo está su hijo. También me ayudó a plantarme en esta industria muy machista siendo una chica joven. Me elevó a un pensamiento enorme, fue la mejor escuela que podría haber tenido. Creo que falta una cultura entre los diseñadores jóvenes de escuchar y de mirar. Yo miraba todo lo que hacía Jessica y ella era muy generosa conmigo. Una vez me regaló un pantalón increíble de Rick Owens, esas son cosas que me quedan para toda la vida. En un punto, aprendí de las mejores.
¿Cómo definirías Agoshida?
Creo que la marca soy yo. De hecho, lleva mi nombre y uso las redes sociales como si fueran personales. Mi público sabe que subo fotos de telas, de los libros que estoy leyendo, si estoy viendo un partido el domingo o en un festival de música. Hay algo de cercanía y de realidad que no creo que pase mucho con otras marcas.
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¿Cómo describirías a tus clientes?
En su mayoría son artistas que aprecian el diseño. Es un público sensible al que le divierte y valora cuando tengo pocos metros de una tela y alcanza para hacer un traje único. El momento donde más vendo es para la feria Arte BA, desde la persona que está en producción armando las cosas hasta las artistas. Son personas que admiro y consumo, lo cual es genial y me emociona.
¿A qué artistas disfrutaste más vestir?
Una de las que más me gustó vestir fue a la diseñadora gráfica Pilar Dibujito para un evento con las Abuelas de Plaza de Mayo, en un marco muy sensible. Visto a Juana Molina, con quien somos amigas y de hecho muchos de mis trabajos están pensados para ella. Lucrecia Martel y Mariana Enríquez también son clientas y amo sus películas y libros, sus obras me han influenciado. Son mujeres muy inspiradoras y muy fuertes que me conmueven con lo hacen. Por eso sueño con vestir a Cristina Fernández de Kirchner. Cuando era presidenta, me parecía muy simbólico vestir a la Presidenta de la Nación Argentina. Hay algo de la jerarquía que me fascina, de la misma manera que cuando era chica estaba fascinada con Merceditas, la hija de San Martín.
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¿De qué se trata la próxima colección?
La colección de verano se llama “Argenta” y trata sobre un escenario imaginario si en la Argentina hubiera una monarquía. Pensé en quién sería nuestra Lady Di y me inspiré mucho en la hija de San Martín. Esos conceptos me llevaron a la época del Virreinato y a un montón de elementos como las perlas, la puntilla, el mantel. Hice varias intervenciones textiles, por ejemplo, plastifiqué un encaje con cuero y derretí perlas en un textil de algodón. Quise reivindicar a las abuelas que hilvanaban y a la época cuando todo se bordaba o cosía a mano.
Contanos sobre tu participación en la nueva exposición del Museo de la Historia del Traje, “Sastrería: Oficio & Historia”.
Es una muestra de sastrería argentina, con un recorrido de trajes desde principio de siglo hasta la incorporación de un grupo de diseñadores contemporáneos: Pablo Ramírez, Fabián Zitta, las chicas de Dacal, Bandoleiro, Vicki Otero. Me emocioné un montón cuando me convocaron porque ellos son todos referentes para mí. Soy fan de los museos y esta muestra es algo que había soñado pero no esperaba concretar a dos años de fundar la marca. La sastrería es mi primera inspiración, entonces me pareció lindo mostrar algo de diseño de autor pero que a la vez fuera medio chistoso e irónico. Llevé un traje de organza de seda gris que, en vez de un saco, es casi una primera piel. Hay una especie de falta de respeto a la sastrería porque no hice todas las cosas que debería tener según el manual: no tiene entretela, forrería ni hombreras. Mezcla el concepto de un traje de verano para los momentos de máxima temperatura con una ocasión más elegante, a través de la elección del textil.
LB Top 5
Una ciudad: la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Una película o serie: “La Ciénaga”, de Lucrecia Martel
Un diseñador: Jonathan Anderson
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Un perfume: Solo, de Loewe
Una golosina: cualquier chocolate