LB TALKS: CONVERSAMOS CON LA ARTISTA DE CHILE, FRANCISCA VALENZUELA, EN SU VISITA AL PAÍS

Por Josefina Martínez

Francisca Valenzuela es la belleza y claridad en persona. El fenómeno del pop trasandino creó Ruidosa en 2016, la plataforma transfeminista que lleva adelante diferentes iniciativas en la región y fue la primera en visibilizar, a partir de un informe, la inequidad que existía entre la presencia en festivales sudamericanos entre bandas y artistas de distintos géneros.

Con más de 10 años de carrera y cuatro álbumes editados, en mayo lanzará su nueva obra que fue escrita durante el confinamiento. Y, mientras tanto, suma colaboraciones: acaba de estrenar “Abrazándonos” junto a Abel Pintos, un remix en clave bachata de la canción del ídolo popular argentino. “Compartir con él y versionar una canción tan bella, hacerla distinta, propia, ha sido increíble. Es la primera vez que hago una canción así, una bachatita rica”, dice.

Con varios singles afuera, “Castillo de Cristal”, “SALÚ”, “Último Baile”, “Como La Flor” y “Hola Impostora”, la artista le explica a Le Banana por qué su próximo disco la reconecta con sus raíces. La cantante, compositora e instrumentista nació y se crió en California hasta la preadolescencia, antes de nacionalizarse en Chile, el país de sus padres, ambos científicos de profesión. No sorprende que cite a Selena Quintanilla como una de sus principales influencias. También nos comparte sus diseñadores de moda favoritos y nos actualiza sobre su labor en Ruidosa.

¿De qué se trata el nuevo disco que vas a lanzar en mayo?

Es un álbum confesional que trata de buscar la luz y la verdad en el mundo, independiente que cada canción representa un momento distinto dentro del mismo universo. A pesar de lo difìcil y oscuro que pueda tornarse el mundo, me gusta destacar que existe luz y belleza y muchas cosas buenas enterradas que quieren prosperar.

¿Lo compusiste durante la pandemia?

Todo menos “Al fin del Mundo”, una canción que escribí durante el estallido social en Chile. El resto fue escrito durante la primera temporada del aislamiento, ese momento de incertidumbre y encierro total. Hay canciones que grabé a las 2 de la mañana en casa. Un delirio.

¿Si pudieras definirlo en tres palabras?

Confesional y colorido, porque cada canción es un mundo que tiene diferentes colores y texturas. Y en cuanto al sonido, un poquito pop latino noventero.

¿Cuáles fueron esas influencias de los 90?

Selena, Shakira, Alanis Morisette, Thalía, Fabiana Cantilo, Andre Echeverry y Julieta Venegas. Para mí la pandemia fue volver a las raíces. Originalmente cuando salió La Fortaleza, el disco anterior, no me había propuesto hacer un disco más. Me puse a trabajar en un tributo a Elvis Costello en español junto al productor argentino Sebastián Krys, con quien siempre había querido trabajar. En mitad de la pandemia le dije que estaba componiendo, le mandé las canciones y me mandó un mail de vuelta con las que le gustaban. “Vamos a trabajar, el lunes empezamos”, dijo. Y fue como una señal. Por eso fue volver a las raíces, en pijama y pantuflas.

¿En “Como La Flor”, uno de los singles que ya salió, le rendís tributo a Selena Quintanilla?

Es un homenaje a Selena, a Charly García y Violeta Parra. En la pandemia me sentí acompañada por las personas que me gusta escuchar. La música, el arte o la literatura son como amigos o amigas y ellos son tres influencias importantes. Hoy me doy cuenta que Selena fue esa mujer bilingüe, chicana, latina que me voló la cabeza. Una feminista, cantautora con una perspectiva confesional increíble. Cuando empecé a escribir la canción y encontré en la flor esta alegoría para representar el crecimiento y la lucha por sobrevivir, dije “Ay, es como la flor de Selena”. Selena está presente, acompañándome. Es una canción súper confesional que busca la verdad y la luz en medio de la oscuridad.

Contanos sobre la plataforma Ruidosa, ¿qué actividades vienen realizando?

Durante la pandemia hicimos cosas muy bonitas y valiosas como el festival online Ruidosa MAD, una convocatoria abierta y regional de expresiones artísticas. Participaron 2.000 artistas durante dos días de transmisión. Fue una combinación de artistas súper consolidadas y artistas emergentes de Nicaragua, Perú y Chile. También hicimos mucho contenido en nuestros podcast de Ruidosa Radio y una transición hacia lo digital. Este año queremos activar editoriales, tenemos varios proyectos, paneles y contenidos súper conectados tanto con la comunidad de Ruidosa como con otras comunidades como Goza -el sello de la artista argentina Barbi Recanati- que hacen cosas en la región.

Ustedes hacen un trabajo muy importante con las estadísticas de participación de las mujeres en los festivales. ¿Qué proyección hacen después de la pandemia?

Todavía es pronto para hacer una proyección, todo se está reabriendo recién ahora, pero la conversación está mucho más presente que años atrás. La ausencia de diversidad es algo mucho más mainstream en el buen sentido y sabiendo que siempre la paridad va a ser un tema muy difícil para resolver. Es un proceso que está pasando, por ejemplo la Ley de Cupo en Argentina cuya base se tomó del estudio de Ruidosa o en México, donde tienen paridad en festivales importantes. Esto es solamente el comienzo. Si los espacios de mayor visibilidad y mayores recursos no se comprometen para hacer algo desde la cultura pop, ¿qué queda para las demás áreas que son más precarias, más invisibles? Sí están pasando cosas y hay muchas iniciativas, activistas que desde diferentes áreas y disidencias están manteniendo el tren andando.

Ver esta publicación en Instagram

Una publicación compartida de RUIDOSA (@ruidosafest)

En tus videos se nota que le das mucha importancia al vestuario. ¿Cuánto te involucrás en esa parte?

Soy súper visual. En todos los videos, si no estoy dirigiendo, estoy súper metida en el vestuario también. Son herramientas con las cuales expreso lo que quiero hacer: mi visión, mi proyecto, quién soy. Busco gente con la que podemos armar un equipo sólido y me encanta jugar con la moda.

¿Qué diseñadores de Chile te gustan?

Me gusta mucho Martín Lutteckë. Me encanta Armenté porque usan textiles upcycling. Me puse un vestido de ellos en una premiación y era un mantel de la cuarta región de Chile reutilizado con una onda muy 70s. También están Claudia Vitali, Ignacia Zordan. Es una escena bacana. En México trabajé con Raúl Orozco, que me dio un par de piezas para los diferentes videos.

¿Cuando venís a Buenos Aires, comprás ropa de diseñadores de acá?

Todavía no, necesito que me recomienden, me encantaría. Sé que Argentina tiene una escena fashion muy buena.