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LB Lives: Moira Berntz, la modelo argentina que creció junto a Chanel

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Por Josefina Martínez

En Le Banana charlamos con la modelo argentina a la que en Chanel le dicen “Moi, mirá lo que hicimos para vos” y que, además, le sacó un look de desfile a Kaia Gerber. Ella camina las pasarelas de Yves Saint Laurent, Bottega Veneta, Giambattista Valli, Sacai, Acné y Miu Miu, y aprovechamos para preguntar todo lo que sucede detrás de escena de las grandes casas internacionales.

Moira Berntz es oriunda de Carlos Casares, un pueblo a 300 km de Buenos Aires. El modelaje le cambió la vida económicamente a ella y a su familia, además de enseñarle a ser una profesional a nivel global. A sus 24 años, la representan nueve agencias, sueña con ser la cara de un perfume y asegura que modelar es una mezcla de suerte y de cuidar tu lugar. Mientras tramita la visa para residir en París, hace la cuarentena en Pilar con dos amigas modelos, Cynthia Arrebola y Flor Arriola. “Lo que mucha gente no sabe es que también trabajo como percha, hacen la ropa de la colección con mis medidas, como un maniquí”. Entrevistada por Sole Ainesa, nos cuenta sobre sus inicios, los backstages compartidos con Gigi y Bella Hadid, su anécdota con Kaia Gerber y su cercanía con el equipo de trabajo de la etiqueta Chanel.

¿Cómo te fuiste de Casares para empezar a trabajar como modelo?

Fue largo y me costó. Vengo de una familia humilde y empecé con los reinado de los pueblos. Me postulaba en ciudades chicas y siempre salía Miss Elegancia, así que me anoté en una escuela de modelos y me becaron. Todos los sábados papá me traía a Buenos Aires. Al principio no me salieron trabajos y no me podían mantener mis padres con los viajes, así que decidí dejar todo. Un día me escribió un fotógrafo, Tommy Abad, y entré en la agencia Cover, pero no me iba bien, me decían que era muy flaquita. Hasta que cambié de representante, pero como tampoco ganaba plata, trabajaba de moza en mi ciudad y con lo que ganaba volvía a la Capital a hacer castings. Después empecé a viajar a Barcelona, San Pablo y tampoco me fue bien, así que dije okey, esto no es lo mío.

Qué momento duro…

Yo tenía mucha confianza, pero después de muchos intentos, dije ya está. Y un día me escribió Linda Elena, modelo brasileña, cara de campaña de Tom Ford y ella me preguntó “¿En qué agencia estás, tenés un hijo?”. Yo cuidaba a mi hermanito, así que parecía mi hijo más o menos, por las fotos. Me contactó con Emiliano que es mi representante hoy, y quien me dijo hagamos cambio de pelo, ojeras, dentadura. Empecé a trabajar, hacer campañas, María Cher, Ricky Sarkany, Jazmín Chebar, todo empezó a fluir de otra manera y a los tres, cuatro meses ya tenía mi primer contrato internacional.

¿Dónde comenzaste a trabajar?

En Milán. Si Prada me quería para sus desfiles, yo viajaba exclusivamente para ellos. Fue mi primera experiencia internacional, ellos me pagaron el pasaje Buenos Aires-Milán por el casting y , cuando llegué, lo que recibí de la agencia fue “Uh, está muy cansada” y de Prada nunca más se supo nada. Como me bajaron, me fui a un casting de Gucci y me dijeron “Sos muy linda para esta marca, como que quieren modelos más raros” ¡¿Qué tengo qué hacer?! Ya no sabían qué hacer conmigo y Anita Bitton, que es casting director de Bottega Venetta y Miu Miu, me vió y empecé a trabajar con ella, le había encantado. Hice Bottega, me fui del show y esa misma noche me llamó mi booker italiana y me dijo “Tenés un fitting en París, así que empacás y te vas”. Fue muy gracioso porque mi agente argentino no entendía nada y le dije “Bueno, ahí reviso el mail y te digo qué marca es” y le digo “Y-ESE-ELE”, ¡yo no sabía que era el casting de Yves Saint Laurent!  

¿Cómo es el proceso de selección de las modelos antes de los desfiles?

En el fitting te pueden rechazar hasta dos minutos antes de salir al show, en Prada pasa mucho. Me pasó en Yves Saint Laurent, el casting director dice que no me quiere ver, que se aburrió de mí. Yo pensaba me tiene llamar, hicieron la colección con mi cuerpo, pero era la noche anterior al desfile y nada. Me acuerdo que yo lloraba. Y entonces me llamó mi booker: “Moira tomate un Uber ya, te necesitan”. A Kaia no le había quedado un vestido, porque ella es muy flaquita, y ahí se acordaron de mí. Había otra modelo y se definía entre nosotras dos. También estaba Mica Argañaraz, que ella es la que siempre me baja a tierra cuando estoy muy nerviosa, y me dijo “Quedate tranquila que si estás acá es por algo”. Y de repente llegó Anthony (Vaccarello). Me dijo “Vení, hay un vestido para vos”. Me lo probaron y empezaron a aplaudir porque me quedaba, así que ahora hay un vestido que se llama Moira. Ese fue el último que hice. Siempre que termino un desfile de Yves Saint Laurent me largo a llorar. Hay mucha adrenalina y sobre todo en éste, porque no había ensayado y era “la que le había sacado el look a Kaia”.

¿Cuál es el desfile que todas las modelo mueren por hacer?

Yves Saint Laurent, enfrente a la Torre Eiffel, y yo lo hice tres veces. Versace también, tiene mucho feminismo, siento que la mujer Versace es todo. También Chanel, que tiene las mejores pasarelas. Las temáticas si. Increíbles, llegás a la mañana y no sabés con qué te vas a encontrar.

Hiciste muchos desfiles de Chanel, ¿no? Eso habla muy bien de vos, porque por lo general las modelos cambian.

Hice 14 desfiles. Siento que ellos me vieron crecer. Yo era una piba humilde, recién empezaba. Al principio era muy impuntual. Me han castigado bajándome de dos desfiles porque llegaba diez minutos tarde. Me lo tomaba como un poco como bueeeno, son 10 minutos, pero allá es una falta de respeto. Chanel, formó mi imagen y es el cliente más fiel. Siempre repite las mismas modelos, como Amanda Sanchez, que hoy es estilista y empezó como modelo de percha. Ellos siempre adoptan a un par de modelos, que son fijas de ellos, como la hija de Johnny Depp, Lily Rose. 

 ¿Como era tu trato con Karl Lagerfeld? 

Hay modelos que lo critican porque a él siempre le gustaron las chicas muy flacas y rubias. Por lo tanto, conmigo era encantador. Es más, me decía “Cuando yo no esté más, te pido que te cases con mi ahijado”, ese niño en el back andaba conmigo para todos lados. O también, en el primer fitting, me pidió la mano para ver qué anillos me ponía y yo creía que me iba a saludar, já. Le dije “Perdón, no hablo inglés” y me dijo “Sí, me di cuenta”.

Contame cómo es la exigencia afuera con los cuerpos.

A nosotras nos siguen exigiendo. En París obviamente tenemos un doctor que si no estás en medida y en peso no podés desfilar, pero también existe el que si le pagás, te firma el certificado y está todo bien. A mí ahora ya no me exigen por el simple hecho de que yo soy muy flaquita pero tengo curvas. En mi primera temporada empecé con 87 cm de cadera. Viviendo en París y comiendo harinas, me fui a 92 cm y a Chanel nunca le molestó eso, pero a muchas otras marcas sí. Entonces muchas veces en las reuniones era, “Nosotros te estamos dando esta posibilidad y vos la verdad que cada vez estás aumentando más”, ¡y eran tres centímetros nada más! La realidad es que, lo que llaman cuerpos reales, hay uno o dos por desfile para ser políticamente correctos y son chicas famosas, pero el desfile es un show, es un arte y no voy contra eso.

¿Cómo te llevás con las otras modelos? ¿Te tocó desfilar con Kaia, Bella o Kendall?

Ellas están el back y son una más. Con Gigi me llevo muy bien, siempre jugamos a un videojuego que ella tiene. Son chicas normales, ellas quieren integrarse y se amoldan a nosotras, estamos todas en ronda y charlan, son super humildes. Bella sí viene más con guardias, tiene su cigarrillo, su teléfono, pero Gigi anda sola y más tranquila. 

¿Influye el tema de los seguidores en Instagram para un desfile o una campaña?

Para nada, si el diseñador te vio y se quedó encantado con vos y tu personalidad, te pone en una campaña. Si realmente te quiere, hace todo para que estés, para mí los seguidores son excusas que meten por si no quedaste seleccionada.  

¿Te cuidás mucho?

La verdad que no, soy muy hippie. Por eso, cuando las chicas me preguntan por Instagram, yo les digo que cada cuerpo es diferente, la genética, los huesos, los músculos. Trato de no hablar mucho de eso, porque no es mi realidad cuidarme tanto con cremas, las comidas. Mis consejos van más tipo“comete una pizza a las 3 de la mañana si te agarra hambre”, já. 

¿Te hacés algún tratamiento para piel?

Uso el gel de contorno de ojos de Dior y cada seis meses me ponen ácido hialurónico en las ojeras. Es un secreto que mi representante me pidió que nunca saliera a la luz, pero ¡yo lo voy a contar! Gracias a eso no me maquillo, me lavo la cara y ya estoy. Siento que todo es muy psicológico, cuando me exigían mucho en las primeras temporadas, me cuidaba y me salían granitos. Cuando estoy bien de la cabeza y en equilibrio es mi mejor versión, si tengo que dar un consejo es eso, la cabeza es todo. Mis amigas me dicen que estoy cada vez más linda. Estoy cada vez más feliz porque soy yo.

 

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