Entrevistamos a la fashion influencer nacida en Argentina y miembro de la Milano gang. Candela Pelizza habla sobre el futuro de la moda después de la pandemia, desciframos su oficio, la amistad que mantiene con sus colegas y cómo vive la maternidad y sus raíces.
Candela es la argentina más italiana. Cruzó el charco a los 17 y se quedó para siempre. ¿Cómo incorporó el idioma? “En tres meses me entró y lo empecé a hablar sin dificultad. En la escritura cometo bastantes errores, las nenas siempre me corrigen”. Es mamá por tres de Verde (15), Celeste (11) y Martín (2 y medio) y, en temporada de desfiles, ocupa la primera fila de las pasarelas más importantes. “Mi trabajo consiste en que las marcas me contacten y ahí entra en juego mi creatividad, crear todo un mundo para mostrar una idea, no sólo un vestido, sino contar un lifestyle. Para mí es el privilegio de la vida, una cosa maravillosa; cada tanto me pregunto, ¿estamos soñando?”. Reviví su paso por el live de Le Banana en esta nota.
“Yo vivo un poco colgada de la palmera, en el sentido que tengo todo un modo muy mío de ver y procesar las cosas. Lo que veo alrededor me inspira, pero es una dinámica desde adentro.” Así define su perfil y nos cuenta que, en el contexto del COVID-19, Milán está volviendo de a poco a salir a la calle. Desde allá, está segura de que lo único que podemos hacer es “estar tranquilos, en casa y comunicar cosas bonitas”.
¿Qué efectos creés que va a tener la pandemia en la industria de la moda?
Uno muy grande. De a poquito están tratando de entender cómo reformar lo que era una máquina demasiado grande y, en cierto punto, insostenible. Desde el principio pensé, acá tendría que haber un economista, un sociólogo y un filósofo, porque hay que reinventar los códigos. Todo el mundo se daba cuenta, te encontrabas a alguien y te decía “estoy cansado, no tengo tiempo”.
El nuevo proyecto “Rewiring Fashion” cree que la réplica instantánea de las influencers en los desfiles desgasta la magia de las colecciones y colabora con las copias del fast fashion. ¿Qué opinás sobre esto?
Tiene que ver con todo lo que se comparte digitalmente. Si viene un periodista y toma una foto es la misma cosa. Yo creo que la vida es un cambio constante, quedarse con el “para siempre” no existe, así que puede ser una buena estrategia. Es verdad que un poco la magia se perdió, el esperar a que te llegue algo, la gente quiere todo ya. Estoy muy curiosa por ver cómo van a empezar a afrontar todo el hecho de mostrar las colecciones en la siguiente temporada.
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Algunas etiquetas lo van a hacer digitalmente.
Creo que tiene que ser un poco de las dos cosas. Lo que las marcas te hacen vivir cuando vas a un desfile, la energía, la atmósfera es algo único y muy difícil de explicar. Acá están presentando algunas cosas online y es interesante, tenés acceso a esa ropa y la oportunidad de crear un mundo imaginario que presentás a través de tu Instagram.
¿Cómo te convertiste en Influencer?
Fue re natural, vinimos con mi hermana Vane y empezamos a trabajar como modelos. Viví un período en París, en Nueva York, seguía el hilo de los desfiles. Cuando nació mi primera hija decidí quedarme en Milán y empecé a trabajar como modelo de calce. Lo disfruté muchísimo, es la parte más creativa de las etiquetas porque desarrollar la colección encima tuyo y me dió cierta estabilidad para no ir y venir. Después nació Cele y lo seguí haciendo para Gucci, Dolce & Gabbana y el último que hice fue Moschino, cuando todavía estaba Rossella Jardini como directora creativa. Un día, la revista Grazia me preguntó si quería utilizar Instagram para publicar mis fotos, yo lo tenía en el teléfono pero en realidad no sabía cómo era. Y empezaron a surgir contenidos con distintas marcas, a la vez que hacía mi vida de madre y mi trabajo de fitting, super relajada. Muy de a poquito, nos dimos cuenta que en realidad era un negocio.
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¿Qué tiene de especial Milán?
Milán combina la industria con la parte creativa de manera impecable. Por ejemplo, las personas que hacen calzado en otros países no vienen a Italia por la calidad, sino por la interpretación de los artesanos. Es “mirá, en realidad no se puede hacer, pero voy a encontrar el modo”. Es el corazón de la moda porque se juntan la parte soñadora con la parte concreta, que es la que hace que las cosas pasen.
Las influencers en Italia transmiten que son todas amigas: Chiara Ferragni, Gilda Ambrosio, vos, y visualmente es impactante. ¿Viste el típico refrán “la unión hace la fuerza”?
Es así, inclusive las chicas francesas lo están haciendo. Es una consciencia colectiva, pero creo que es una cosa general que está pasando en el mundo. Empezamos a entender que la antipatía y los egos en la moda no tenía tanto sentido y realmente hay consideración, soporte, un estar ahí para la otra. No hace falta competir, yo soy esto y lo comunico a través de mis ojos. La misma cosa, otra persona la va a hacer de una manera completamente distinta. Las chicas que vos dijiste están en la misma agencia que yo y es normal verse, trabajar juntas. En el fashion month sabés que te ves todos los días y es tipo “Hoy no tengo el auto”/ “Okey, te llevo yo”.
¿Quién te arma los looks?
Armo todo yo. Cuando era chiquita mi juego preferido era probarme todo el armario de mi tía. Tengo una chica que colabora conmigo hace cuatro años para recibir la ropa y clasificarla. ¡Es divertido!. La parte importante es no perder las cosas de todo lo que llega.
¿Cómo funciona? ¿Las marcas te regalan o prestan la ropa?
Cuando te invitan a los desfiles, te preguntan si te gustaría vestirte con la marca. Te mandan un link, elegís los looks y te los llevan a tu casa. Cuando voy eligiendo toda la ropa de la semana de la moda de una ciudad tiene que tener una paleta o tres colores que vayan con todo para poder tener un hilo conductor. Todo el mundo dice “el estilo de Candela”. Yo no siento que tenga “un estilo”, es todo experimentación. Sí hay un modo de ponerme la ropa, y no experimento tanto con los zapatos, elijo el tipo que me hace el pie elegante. Las marcas regalan sobre todo accesorios, y la ropa la prestan. Hay algunas que me preguntan si quiero ir a la boutique a elegir algo para ir al desfile y después quedármelo, pero a mí me gusta más la posibilidad de que me presten y poder ponerme distintas cosas de las colecciones, de su archivo. Es muy gracioso porque te preguntan si te gustaría usarla ¡Obvio, es un honor para mí!
En la última fashion week se vió a muchas influencers con la misma cartera, y se pierde un poco la personalidad.
Ya sé de qué marca me hablás. Lo que creo que pasó es que no pudieron invitar a los influencers al desfile, y como no quieren perder el soporte de las personas que trabajan bien digitalmente, el modo de disculparse fue regalar los accesorios más deseados. Como si fuera una estrategia de marketing, pero se pierde el sueño y la peculiaridad de que sólo algunas lo pueden tener. Si se vuelve una exageración y todas lo tienen pierde un poco el sentido. A mí desde chiquita me gustó hacer cosas que otras personas no estén haciendo, en la vida lo que yo no quiero es aburrirme, aunque si me enamoro de algo, lo llevo aunque lo lleve todo el mundo.
Hiciste una campaña con Celeste, tu hija menor. ¿Cómo fue trabajar juntar?
Trabajar con Celeste fue súper lindo. Hicimos un video con Bulgari. Ella también hizo otra cosa chiquitita para una marca italiana que se llama Pinko y realmente me sorprendió porque nació para estar en un set. Hablaba tranquilamente con la diseñadora, estuvimos 12 horas dando vueltas por Milán con mucho calor, haciendo ropa de invierno y ella feliz.
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¿Haces tratamientos de belleza?
Desde que tuve a Verde hace 15 años, en mayo, que es cuando cambia la estación y empieza el calor, hago un ciclo de 15 masajes de LPG para las piernas. Es un aparato que desbloquea todo lo que acumulaste durante el invierno y te prepara la piel para el verano, es para la celulitis y la retención de líquidos. Y hace poquito, cuando quedé embarazada de Martin, me salieron manchas en la cara y empecé un tratamiento de limpieza de cutis profundo pero cero invasivo, con mil cremas. De ahí la médica me dio cinco productos para limpiarme, de Biologique Research, que son buenísimas. ¡Ahora me preguntan si me hice algo!.
¿Qué es lo primero que hacés cuándo venís a Argentina?
Siempre me va a buscar mi papá al aeropuerto y ¡lo primero que quiero es un mate! Me re gusta tomar, pero raramente me lo preparo sola. Me encanta leer las revistas y mirar las series que tienen a la noche. O sea, mi vida en Argentina es re básica, pasa que voy en las vacaciones de los nenes que son dos semanas, es muy poco tiempo.
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