Elizabeth II tenía una de las colecciones de joyas más caras y grandes del mundo. Según New York Post, la mayor parte de éstas pasará a Carlos y Camila, luego a Kate Middleton. En total, tiene alrededor de 50 tiaras.
La Corona de San Eduardo es la pieza más importante de las joyas de la Corona. Es usada para coronar a los monarcas de Reino Unido. Fue creada en 1661 de oro amarillo y con un peso aproximado de 2 kilos. Está decorada con perlas y 444 piedras preciosas entre las que hay zafiros, turmalinas, topacios, amatistas y citrinos.
La Diadema del Estado de Jorge IV realizada en 1820. Isabel II la usaba a veces en la apertura del Parlamento. Está adornada con emblemas de los territorios que integran Reino Unido: la rosa heráldica por Inglaterra, el cardo por Escocia y el trébol por Irlanda. Está engastada con 1.333 diamantes. Aparece en las imágenes en sellos, billetes y monedas.
La tiara de la Gran Duquesa Vladimir, encargada en 1874 al joyero de la corte Romanov. En 1918, fue sacada de contrabando de Rusia. En 1909, fue vendida a la Reina María, la abuela de Elizabeth II. En un principio, tenía 15 perlas grandes. Cuando la adquirió Reino Unido se intercambiaron por esmeraldas.
La tiara Kokoshnik de la Reina Alexandra. Diseñada en 1888, fue un regalo para el aniversario de bodas de plata del Rey Eduardo VII y la Reina Alexandra, su bisabuela. Tiene barras de oro blanco con pavé de diamantes.
La tiara de las Niñas de Gran Bretaña e Irlanda. Fue encargada por un comité de mujeres aristocráticas para María de Teck en 1893. El diseño original tenía perlas, que fueron sustituidas por diamantes. Fue una de las favoritas y que más usó Elizabeth II.
Elizabeth II usó la tiara Lover’s Knot de perlas y diamantes varias veces en los años 50. En 1981 se la prestó a Lady Di para su boda. Ese día, ella prefirió usar la tiara Spencer de su familia, pero para eventos posteriores se convirtió en una de sus favoritas. Desde 2015, Kate Middleton la ha llevado al menos cuatro veces.
