La marca liderada por Cynthia Kern y Federico Bonomi presentó anoche la colección Winter 2024 “NO RULES, OUR RULES” en año bisiesto, el octavo que atraviesa la pareja que lidera una de las etiquetas locales más longevas, que ya lleva más de tres décadas.
Lo primero que sorprendía al llegar al CEC (Centro de Eventos y Convenciones de la Ciudad de Buenos Aires) era ver filas eternas sobre el concreto aledaño a la Facultad de Derecho esperando para ingresar a un show que ya se convirtió en un clásico porteño que nadie quiso perderse. Ni Zaira Nara, ni la China Suarez, Leo Sbaraglia, La Joaqui, Taichu, Tuli Acosta, Flor Torrente, ni Catherine Fulop. Tampoco Mateo Sujatovich, de Conociendo Rusia, los Bandalos Chinos, los Peces Raros (que tocaron en vivo en la edición aniversario por los 30 años), Joaquín Levinton o los Silvestre y La Naranja.
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Mientras las más de 4.000 personas que asistieron anoche iban ingresando, el dj al mando, Tuti Gianakis, preparó un setlist de Beethoven, Bach, Schubert, Tchaikovsky para amainar a las fieras hasta las 21, cuando comenzó una procesión de 80, OCHENTA modelos de todas las generaciones -fiel reflejo de una marca que nos viste y vistió a todas- que despuntaron la pasarela con todos los looks, recursos, texturas y textiles posibles.
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La música fue y vino desde himnos de los noventa de Yes, Gary Numan, Tears for Fears y Simple Minds hasta tracks de house minimalistas del trio alemán Keine Music, mezclado con versiones a capella, creadas mediante inteligencia artificial, de Federico Moura, Charly García y Gustavo Cerati.
Una pasarela ancha e interminable con tres peines perpendiculares funcionaron como espacio de exhibición de glitter y brillo en todas sus formas. El mini logo oriental reapareció en pequeños apliques metálicos. Las camperas acanaladas, en versión bomber, camperón y tapado se forraron de extampas foil en tonos cobrizos y azules. Aparecieron las camisetas de futbol americano retro con estampas de rosas en telas satinadas y encajes dorados.
El denim merece un capítulo aparte ya que reinó en más de la mitad de la colección y atravesó desde prendas y looks completos hasta accesorios. Los jeans se vieron con acabados stonewash ácidos en verde y lima; los pantalones y bermudas, por abajo y arriba de la rodilla, se llenaron de perlas y strass que encandilaban a más de uno. Otras que encandilaron a varios fueron Daniela Urzi con unas trenzas larguísimas, Cintia Garrido en full dorado, Dafne Cejas en modo sirena, encapuchada y con brillos. La irreverencia de Melu Gesto y Agostina Barbagelata.
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El equipo de diseño de producto de KSK, a cargo del estilismo, invirtió las espaldas de las camperas al frente con el nombre de la marca estampada en strass, y debajo rezaba “since 1992”. ¿Quién puede tener una vigencia constante durante 32 años y despertar el mismo furor adolescente en todas las generaciones? Sin dudas, una marca que crea sus propias reglas, pero que también está dispuesta a romperlas. Más allá de las modas y las tendencias. Más allá de las generaciones. Más allá de los vaivenes económicos. Más allá de las redes sociales, las celebrities, el star system, los íconos, las modas y los modos. Kosiuko es una bestia pop que atraviesa a todas y todos y nos embiste desde la memoria emotiva con sus propias reglas.
Ph Juana Dufour para LE BANANA