Por Josefina Martínez
Semitransparentes y etéreos, costuras deshechas impecablemente resueltas, siluetas experimentales y tramas tipo red de pesca o fishnet. En Le Banana conversamos con tres marcas argentinas que proponen un nuevo concepto de tejido combinando texturas innovadoras y técnicas artesanales e industriales que vale la pena conocer y vestir.
BIENSUR
“Nos diferencia el nuestra misión, que no es sólo vestir sino embellecer la vida. Queremos trascender las fronteras de la indumentaria para concebir un lifestyle, mostrando como vemos la vida y cómo nos gustaría que nuestra tribu la viva. Apoyamos el arte, la música y sublimamos esos mundos a través de la ropa”, dicen sus dueños. La marca de diseño argentino para el mundo se caracteriza por la innovación en el uso de tecnologías en materiales y productos, que están desarrollados en su laboratorio experimental. Sets de sweater y falda asimétricos hechos de una mezcla de lana, nylon, poliéster y espandex. Monoprendas de trama cuadrillé con cutouts y shorts de tiro medio de rayón y poliamida, sets de top y pantalón de lúrex con transparencias aparecen en la colección, cuya paleta abarca negro, gris, celeste, marrón, turquesa y morado.
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La cápsula más reciente, “Norte”, está inspirada en algunos textos de Borges, en especial en “Instantes”: “Es ese momento efímero y difuso en que capturamos la vida que transcurre en ese momento. Por eso, la ropa en su mayor parte es etérea, blanda, amable hecha de tejidos ultra finos que permiten brindar esa sensación de suavidad y transparencia”, explican. Como todas las prendas están desarrolladas en forma artesanal y con hilados muy delicados, se pueden lavar a mano únicamente y secar de forma extendida. También hay que tener cuidado que no se enganchen con joyas y accesorios.
HOTEL ESTUDIO
Hace tres años Uchi Pedrotti siente la necesidad de materializar todo lo aprendido como estilista profesional. De ahí nace Hotel Estudio, una marca con filosofía slow fashion que busca hacer prendas que sea imposible encontrar en otro lado. “En el momento en que veo algo que estábamos por crear en otra marca, se descarta al ciento por ciento. Es el desafío de ir contra la corriente”, cuenta la directora creativa. Los tejidos ocupan un lugar destacado dentro de sus colecciones, que abarcan desde vestidos de algodón de escote halter y minifaldas de micromorley hasta tops de encaje y pantalones capri de gabardina pintada a mano. Largos irregulares, aperturas laterales, nudos y lazos para ajustar al cuerpo son el distintivo lúdico y funcional que atraviesan todos los diseños.
“Hotel Estudio se caracteriza por la versatilidad, porque es perfecto para llevar desde el día hasta la noche. También por la madurez: cuando comprás una prenda nuestra ya entendiste qué te gusta, tenés un estilo pulido e identificás las sensaciones que te genera usarlo. No es una marca que cubre una necesidad básica, es más para darte un mimo. Muchos clientes vienen en busca de uu look para su cumpleaños y eso es re lindo”, comenta Uchi desde el showroom en Palermo (Niceto Vega 4648 2B).
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Si bien los primeros ítems tejidos de la etiqueta fueron industriales, hoy son todos cien por ciento artesanales hechos por dos tejedoras. “Nuestros clientes valoran lo artesanal y piensan mucho la compra, no son para nada impulsivos. Esto está motivado porque no estamos en el circuito de la adrenalina de ‘Tenés que tenerlo ya’”, comenta Pedrotti. Las técnicas incluyen crochet, dos agujas y combinaciones como bordado, patchwork y máquinas semi-industriales. El proyecto se enfoca en las fibras naturales, en su mayoría algodón puro y un poco de lana; en algunos casos, para generar una trama diferente, incorporan un poquito de poliéster. Por eso, Pedrotti hace hincapié en darle a las prendas el trato que se merecen: para que duren, hay que tener cuidado especial en que no se enganchen y lavarlas poco y nada, sólo si tienen manchas u olores.
CONCEPTO LITTÉ
Concepto Litté arrancó como un proyecto de Julieta Merlini para la carrera de Diseño de Indumentaria, en la Universidad de Palermo. A sus amigas les gustó tanto, que empezó a hacer prendas por encargo. La marca con local en Martínez (Von Wernike 3100) se distingue por ser atemporal, sin género y tener una paleta acotada de tonos neutros y rojos. Las prendas se cosen a mano, una por una, a partir de paños tejidos a máquina en un trabajo sumamente delicado y semi industrial. Trabajan con tejidos con el mayor porcentaje de fibra natural posible, para verano especialmente algodón y para invierno, mohair. Siguiendo una ideología de bajo consumo, fabrican prendas según la demanda, para no generar stock sobrante.
“El tejido pasó a ser una parte principal de la marca, complementado con prendas de siluetas holgadas y lánguidas para seguir con el movimiento desestructurado que genera el tejido. Tratamos de romper con la rusticidad agregando cierres, ojales o haciendo molderias estructurales para que exista un contraste armónico entre piezas tejidas y piezas no tejidas. Aunque las tipologías en totalidad parezcan simples, las molderías tienden a tener una complejidad escondida, que generamos a partir de la geometría y las siluetas holgadas”, dice Julieta. Prendas como camisas y pantalones cargo de lino hindú, remeras básicas de algodón y buzos con capucha y bolsillo canguro acompañan el tejido en las colecciones.
“Mi ideal es que la use quien se sienta reconocido con la marca. Nuestro público es super amplio, pero tienden a ser personas que buscan prendas no tan tendencieras, que se animan a probar algo nuevo y, sobre todo, que quieren sentirse cómodas”, asegura la fundadora. Si sos uno de sus clientes, recomienda lavar a mano con agua fría y dejar secar estiradas sobre alguna mesa, silla o superficie plana, no colgadas, ya que se puede deformar la prenda. Además sugiere guardarlas dobladas en vez de en percha.
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