Este 18 de marzo, después de dos años de interrupción por la pandemia, el Hipódromo de San Isidro volvió a ser anfitrión de Lollapalooza Argentina. La bandas y solistas locales del indie empezaron a sonar desde el mediodía en la séptima edición del festival cuando el cielo aún estaba nublado y caían algunas gotas. Pero el sol salió por la tarde, justo a tiempo para el show de Emilia Mernes, puro reggaetón, que tuvo como invitado a Rusherking para cantar “De enero a diciembre”. El conjunto de top con recortes, minifalda y guantes largos de cuero negro y fucsia llegaron a último momento de Berlín, donde fueron encargados especialmente a la marca Namilia, según nos enteramos en backstage.
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Entre un show y otro, los visitantes exploraron la oferta artística del festival, recorriendo y sacándose selfies junto a la “Escultura de los Deseos”, de Marta Minujín, y la propuesta interactiva del artista de Venezuela, Rafael Parratoro. Entre la variada oferta gastronómica, Le Banana Ice debutó con su local -amarrillo, obvio-, en el predio del festival. La banana helada y bañada con chocolate, riquísima y sin conservantes, es el nuevo Happy & Healthy snack de Le Banana. Recibido por bananas gigantes inflables, el público del Día 1 ya probó sus cuatro gustos: chocolate con leche, chocolate banco y maní, chocolate con leche maní y cacao 60%.
Desde el escenario Alternative, Danielle Balbuena, a.k.a 070 Shake, Dani Moon, o también la novia de Kehlani, aportó su cuota de oscuridad, pero también de humor. Con un show minimalista con ella tras un micrófono e imágenes del Sunday Service de Kanye West en el que la artista de Nueva Jersey estuvo presente, videos de Dumbo en llanto y hasta la pelea de Elle Driver contra Black Mamba en Kill Bill Vol. 2, 070 cantó gran parte de su álbum Modus Vivendi, como “Come Around”, “Morrow”, “The Pines” y “Guilty Conscience”.
Antes de despedirse, fondeó licor a pedido de la audiencia, invitó a su público a abrazarse unos a otros y compartió “Vibrations”, un adelanto de su nuevo disco You Can´t Kill Me, que saldrá este año en mayo. Para cerrar su show de 45 minutos, Shake eligió tocar desde los hombros de sus fans “Ghost Town”, el ft en el que colabora con Kanye West junto a John Legend y Kidi Cudi, para su octavo álbum, YE.
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— Delfita (@DNPignatiello) March 19, 2022
Más tarde y desde el Perry´s Stage, Dillom mostró con hechos de qué está hecho el trap punk local. Gracias a la cancelación del madrileño, C. Tangana, Dylan Masa se colocó en un horario central del primer día del festival y estrenó canciones de uno de los mejores discos de 2021, Post Mortem, que se lucieron con otros integrantes de la Rip Gang, como Muerejoven y Saramalacara.
Entre niño diablo, con una remera ensangrentada y un posterior sweater de Freddy Krugger, Dillom rapeó con banda en vivo sus barras oscuras, sardónicas y blindadas a prueba de balas, cantó canciones más melódicas como “La Primera” y “Bicicleta”, con un trabajo de audiovisuales maximalistas e impecables. Previo a su show, le adelantó a Le Banana que el show iba a tener varios condimentos, además de invitados, pero que se estaba guardando varias sorpresas para sus próximas performances en solitario. Al tocar “Post Mortem”, revoleó al público símil cuerpos envueltos en bolsas de consorcio -el único artista de la escena local que se anima a tanto y sin perder coherencia en su discurso, que ya es un montón- y se armó un pogo inminente. Además tocó “Rili Rili” por primera vez desde el lanzamiento del disco. Sin dudas, el mejor show de la escena urbana argentina del primer día y el artista para seguirle los pasos.
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“Es nuestra fiesta, podemos hacer lo que queramos”, se escuchó a las 21 hs en el escenario principal, cuando el esperado turno de Miley Cyrus arrancó con el hit de 2013, “We can’t stop”. Envuelta en catsuit negro, con un escote profundo y detalles metalizados, pronto se quitó la puffer que la abrigaba y comentó: “Esto es para todos ustedes que estuvieron acá esperándome todo el maldito día. Yo los estuve esperando por años”. Había entrado en calor para continuar con un salteado de temazos propios y de otras power women, incluyendo “Seven Things”, “Wrecking Ball” y “Nothing Breaks Like a Heart”. Con este último, hizo un paréntesis para contar que el videoclip fue filmado en Ucrania: “Me rompe el corazón ver lo que está pasando ahora (…) Si van a pelear por lo que quieren, háganlo pacíficamente”. “Heart of Glass”, la canción de Blondie que los centennials relacionan más con la ex-estrella de Disney que con Debbie Harry, y “Bang Bang (My Baby Shot Me Down)”, de Nancy Sinatra, formaron parte del repertorio y llegó la pregunta: ¿Le corre sangre o rock por las venas? Cuando fue el turno de “Jolene”, de su madrina, Dolly Parton, la multitud la coreó de principio a fin con la misma ebullición. “Son tan adorables. Son tan jodidamente adorables”, fue uno de los elogios para el público argento en la parada técnica que hizo para retocar el brillo labial, inmediatamente después. “Midnight Sky”, el corte principal de su último álbum, Plastic Hearts, y “Party In The USA”, quedaron reservados para el final de la fiesta épica de Miley en el país.
Bizarrap fue el encargado de cerrar la noche en el Samsung Stage. Desde sus Music Sessions con Residente, Snow Tha Product, Nicki Nicole y Dillom hasta “Malbec”, la colaboración con Duki, fueron elegidas por el productor nominado al Latin Grammy para hacer bailar a los presentes hasta pasada la medianoche. Además, Biza tenía una sorpresa preparada: Gaspar Benegas, guitarrista del Indio Solari y Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado, se subió al escenario para ponerle riffs a los beats. Con “Ji Ji Ji”, el clásico ricotero, la Misa del Biza le pasó la posta al sábado con el pogo centennial más grande de Lolla.