Por Josefina Martínez
Cada temporada, Designers BA convoca a los talentos del diseño argentino. Timoneado por Guillermo Azar, la semana de la moda hace base en locaciones que son referentes porteños. En la 16ª edición participaron diez autores y en Le Banana te revelamos sus fórmulas para este verano.
Zitta, en amarillo y rosa
La Floralis Genérica dio apertura al ciclo de la mano de Deliq, la colección de Fabián Zitta inspirada en el ilustrador Erté. El amarillo y el rosa tomaron la pasarela al aire libre, en tonos pálidos, brillantes y metalizados, acompañando el trinomio blanco, negro y gris. Las siluetas de los 40 y 50, emblemáticas del diseñador, cobraron volumen en hombros y caderas. El estilismo propuso cabezas coronadas con acetato calado a mano, siguiendo la geometría orgánica de las prendas, mientras los pies vestían sandalias con medias a contratono. La novedad, la línea masculina en estrictos neutros.
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Tramando, alquimista del calor
La etiqueta de Martín Churba es una de las más experimentales de la Argentina. Roberto Honores, su director creativo, mano a mano con el diseñador, expusieron la riqueza textil que los caracteriza en el Museo de Arte Moderno (MAMBA). Bajo el título Infrarrojo, hicieron alusión directa a la temperatura que conlleva la estación y por qué no a la que implica el proceso de sublimación de sus prendas. Además, los tiempos que corren, se alinearon bajo esta premisa: urgencia social y necesidad de alivio. Se vieron prendas con estructuras limpias, metalizados y estampas térmicas y radiográficas, impactadas a 185°C, que dieron paso al concepto de esqueleto. Al rojo, naranja y rosa se le acoplaron tonos más fríos y recurrentes, como el violeta, negro y azul.
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Benito Fernández, siempre en colores
En El Cubo de Vicente López, el diseñador presentó Crayón, nombre que responde a la incorporación de las tonalidades pasteles a su paleta viva. No escatimó en tipologías e incluyó desde pantalones cigarette, camisas, bombers, mini y maxi vestidos, hasta túnicas y trajes de baño. La mezcla no fue sólo tonal, sino también de texturas: cuero, linos, algodones, brillos, animal prints y flores, todos en diálogo exitoso. La estrella de la colección, la trama a rayas de lentejuelas, que vale para el día y la noche. Calzando Toppers y riñoneras, el guiño playero con el que remató fueron las viseras.
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Ochentas by Artemis
Llevando como bandera la canción de Whitney Houston, “The Greatest Love Of All”, Santiago Artemis también se hizo presente en El Cubo. Desplegó todo su histrionismo en un romance con la década que más lo inspira, y que también definió la paleta. Como constantes, los pronunciados hombros Artemis y las cinturas ceñidas, siempre. Combinó sedas, bordados, lunares y brocatos con los tacos aguja de su colaboradora, Carla Bugarin. Modelos plus size, carrés platinados y gafas oscuras, por si quedaban dudas de la vibra eighties. Tres looks barrocos en fucsia, negro y blanco bastaron para mostrar su impronta masculina.
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Vegan 3D, por Nous Etudions
La presentación de la cápsula Volumetría consistió en una charla, donde Romina Cardillo dio cátedra sobre moda y consumo consciente. Sirvió de antesala a la exhibición de los cuatro únicos conjuntos que componen el proyecto co-creado con Epson. Para generar la percepción 3D de la estampa, la consigna radicó en hacer un recorrido 360 de las modelos, elevadas en tarimas. En verde, naranja y rosa, gracias al recurso de bondeado, hombros y mangas se estructuraban y salían del cuerpo. Completaron el look las zapatillas de lona. En octubre, la cápsula se presentará en Nueva York. Cardillo es una de las argentinas que más ruido hace en el circuito internacional y sin dudas esta colección no les será indiferente.
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Ecotextiles para Germin.ar
La ganadora del concurso Terma, Sabrina Rodríguez Uzal, trajo su etiqueta Germin.ar y puso foco donde hoy más que nunca hay que mirar: la sustentabilidad. La colección está producida de forma completamente artesanal a partir de fibras naturales, recicladas y biodegradables. Los tratamientos de tintura también fueron hechos mediante elementos orgánicos y de deshecho, que definieron la paleta blanca, natural y naranja. El ciclo de vida de las prendas continúa cuando éstas se germinan, literalmente. Si llegara el día en que fuesen descartadas, las semillas alojadas entre los textiles hacen lo suyo y vuelven a la naturaleza. Como indica la diseñadora, “fueron elaboradas de manera consciente y para ser consumidas de la misma forma”. Bravo.
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Los aires grecorromanos de Dot Store
La línea prêt-à-porter de Laurencio Adot copó el Salón Versalles del Hotel Alvear. La colección Dot Ballet tuvo un mix entre el universo helénico, la música clásica y María Callas, con una vuelta moderna típica del diseñador. En cuatro colores principales, rojo, blanco, negro y blush, desplegó vestidos largos, de cóctel y sastrería, construidos con estampas digitales y de corte láser. ¿Las texturas? Encaje, tul drapeado y en capas, transparencias y lúrex. Subrayó el antiguo clásico con piezas doradas, de accesorio y soporte: coronas láureas, brazaletes, cinturones y arneses. El único traje de hombre, en rojo brillante, cerró la colección.
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JT: volver a nacer
Rennaisance es la primera colección a cargo del equipo que dejó consolidado Jessica Trosman tras su partida. Su legado está presente y a la vez se reconfigura con elementos como las asimetrías, diálogos entre recortes imposibles y tiras que entrecruzan y generan ese je-ne-sais-quoi de la marca. Recibieron la temporada con la energía de una paleta cítrica como acentos, flúos y cuadrillé plastificado amalgamado con los neutros, beige, blanco, azul y negro. Se vieron piezas plisadas, estampas de naturaleza muerta en distintas proporciones y, como accesorio, el gorro piluso. ¿Dónde? En el Museo de los Inmigrantes, al lado del río. Se auguran nuevos vientos para la marca.
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Mariana Dappiano, italian vibes
Presentó Dolce Vita, inspirada en el clima veraniego del mediterráneo, en el Patagonia Design and Arts Center. Como lo dicta su ADN, a puro trabajo de estampas: dibujos irregulares, prints abstractos y el ecosistema playero de sombrillas, olas y nadadores. Las prendas livianas y bien sueltas, sin llegar al oversize, incluyeron vestidos, faldas, camisas, pantalones y bermudas tipo paper bag. Los largos, en midi y maxi. La paleta, desaturada: naranja, rojo, camel, lima, petróleo y amarillo. Sólo cobró brillo con el lúrex.
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Ramírez, eighties technicolor
El verano según Pablo Ramírez está inspirado en Diane Keaton. En su tienda de Recoleta, ofreció una performance para ser capturada desde la vereda. Detrás de la vidriera, las modelos se movían al ritmo de los ochenta. En tres pasadas, total white, negro monocromo y la sorpresiva full color, excepción para #Ramírezdenegro. Las siluetas Dior en rojo, naranja, azul y fucsia precedieron el cierre old school, con vestido de novia. La función tuvo cuatro repeticiones y despidió Designers hasta la próxima temporada.
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