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Cynthia Kern: “Disfruto haber logrado un equipo para toda la vida”

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Por Josefina Martínez

En la previa del día de la madre, celebramos con una Cynthia Kern, la creadora de Kosiuko, Herencia y Casa Chic, y madre, a tiempo completo.

 

Los Bonomi-Kern son una familia numerosa. Luca, Mika, Luigi y Fiona comparten la descendencia con Kosiuko, Herencia y Casa Chic. Mientras cultivan hoteles, viñedos y oliva de exportación en Uruguay, se mantienen de lo más vigentes en el mundo del diseño made in Argentina. Para conocer más sobre su capitana, en Le Banana charlamos a fondo con Cynthia Kern, apasionada, creativa y “mamá de muchas cosas”.

En los videos para Casa Chic armas mesas llenas de detalles para agasajar y hacer de la comida una linda ceremonia. ¿Cómo son esos preparativos en tu casa?

En un evento particular o en las navidades tengo toda una costumbre que traigo de mi mamá y abuela, que es poner la mesa. No me gusta que sean híper lujosas, pero sí que cuenten algo y te den alegría. Me parece que es clave dejarles a los chicos ese legado, ya sean varones o mujeres, no importa. Siempre tenemos flores que corto del jardín, pongo cuatro o cinco floreritos, agrego jarras de agua, que me gusta más que mostrar botellas, y son cancheras y el vidrio me aggiorna todos los centros de mesa. Después, agrego todo tipo de manteles, porque para mí el textil es clave. A todo le doy un detalle. Yo lo llamo simpleza chic.



¿Y cómo son esas mesas durante la semana? ¿Quién cocina?

En el día a día, al que le copa es a Fede, que es bien italiano. Alguno de los chicos lo acompaña y preparan platos piolas, cancheros. Es un momento especial para encontrarnos en familia porque somos muy independientes. Hacemos de todo durante el día y la comida a la noche nos junta un rato para bajar un cambio y contar cómo nos fue a cada uno. En la mesa siempre hay un florerito, un apoya vasos, un individual, esas cosas que son parte de mi estilo de vida y me divierte tenerlas. Tengo tres o cuatro modos distintos de poner la vajilla, me gusta combinar los vasos, las copas de vino y trato que esa cosa lúdica esté presente. Eso es parte del disfrute, no importa si somos nosotros dos, pero me gusta tener cosas que te mimen. Te dan alegría y te acostumbrás a vibrar dentro de esa armonía estética.

Repartís tu tiempo entre los chicos, la empresa, la casa, digamos que cubrís todos los frentes. ¿Cómo lográs esa dinámica?

Soy una persona muy organizada, tengo una agenda donde voy tildando las cosas hechas. Dirijo mucho las compras, que en la casa no falte nada, en eso soy súper expeditiva. Un poco me agota vivir con la agenda, a veces digo que tengo que patear el tablero y liberar un poco, soltar y que fluya. Pero sería muy complicado porque son millones de cosas: ir a buscar a los chicos al colegio, llegar a una reunión de padres, meetings con proveedores estratégicos, estar con el equipo de diseño, con el de marketing, ir a los locales a ver cómo está puesta la colección, ver las vidrieras, las redes sociales. Estoy conectadísima con todo, no es que te digo “che, no sabés, tengo gente por todos lados que hace todo por mí”. No. Soy muy controladora, me gusta estar encima y trabajar en equipo. Los dejo fluir un montón, pero necesito compartir la info, trazar los lineamientos y estrategias, y más en este momento del país.

¿Qué es lo que más disfrutás del rol de madre?

Como mamá, ahora que los chicos van creciendo, disfruto enormemente esa cosa de haber logrado un equipo, un team of life, que es un poco el eslogan de Kosiuko. Siento que somos un equipo de vida porque somos súper solidarios con el otro, hay buena relación, afecto y respeto. Entre los chicos veo cómo se valoran y creo que eso es la bendición más grande. El rol de madre es para toda la vida. Siempre digo que cuando uno tiene un hijo no tiene devolución. ¡Es forever and ever! Y lo lindo es ir descubriendo esto de sembrar las relaciones, los valores, el amor, la unión y ser un verdadero equipo para siempre, un team of life que está buenísimo como eslogan pero además es lo que siento yo con la maternidad.

Se te nota canchera y compinche. ¿Vos cómo te definirías como madre?

¡Así me dicen! Mis hijos me cuentan que eso les dicen sus amigos. “¡Mamá, sos re canchera!”. A mí me gusta ser una madre actual y que me sientan cerca, eso está buenísimo. Me siento súper abierta, que puedo charlar de todo dentro de lo que ellos me quieran contar, por supuesto. Saben que no los voy a juzgar ni castigar. Me gusta tener confianza y ser incondicional para todo, desde exigirles hasta cuidarlos. Me considero una madre exigente, no soy una madre light con el colegio, el orden, las responsabilidades y las conductas. Soy medio old school en eso.

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Dos están todavía en el colegio; el más grande trabaja con nosotros y el segundo también. Son todos muy creativos, muy estéticos, entusiastas y lo mamaron desde chiquitos, lo tienen en el ADN. La verdad es que hay tantas cosas para hacer en la compañía, que cada uno encuentra su lugar. Aparte en casa, típica italiana que se charla de todo, se discuten todas las decisiones y les damos oportunidad de que opinen a todos.

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¿Quiénes son tus diseñadores favoritos?

Me encantan Tibi y Alexander Wang. Me parecen novedosos, interesantes. Después miro mucho en general y tomo un poco de cada uno, no tengo uno integral del que me encanta todo. Wang ha hecho una reconversión en la marca espectacular, la veo súper rockera, fina, cool y tiene un remix increíble de básicos. De Tibi me encanta la carta de colores y algunas morfologías. También me gusta mucho Helmut Lang.

Y de acá, ¿a qué diseñadores seguís?

Me gusta mucho lo que hace Eva Bomparola. Tiene un equilibrio sobrio y sofisticado. La verdad que no miro mucho más de Argentina. Viajo mucho, así que a la hora de comprarme algo más cóctel, que yo no hago, por ahí miro de afuera. También me mando a hacer mis propias cosas. Es que con Kosiuko cubro un montón, tengo el look casual, streetwear, algo más arreglado, entonces siempre trato de estar vestida con mi marca, más que todo el tiempo me preguntan de dónde es lo me pongo.

¿Cuándo diseñás, qué papel juega Instagram en la etapa inspiración, de brainstorming? ¿Y cómo es arrancar con una nueva temporada?

Siempre está buenísimo mirar redes porque es muy rico para nutrirse. Yo las guardo en mi cabeza como en la nube y las voy bajando muy suavemente en ese mes de elaboración que tengo. Me meto dentro de la colección, en la previa, muchos meses antes. Yo hoy ya cerré el invierno y hace unos meses atrás empecé a pensar qué cosas de continuidad eran interesantes, porque hay toda una línea de básicos, de commodities, que van muy bien para el próximo verano. Después, las cartas de colores las voy vibrando entre lo que pienso van a ser los sweaters, acentos en los prints, la selección de telas. Y en Kosiuko, a pesar de ser una marca masiva, tiene una impronta de detalles constante. Todo el tiempo la gente se copa con eso, con que todo tenga una terminación, un tajo, un zócalo con distinta escala. Todas esas cosas son la riqueza de una colección. También las tipologías, las molderías. Estoy muy copada últimamente y creo que la revolución viene por ahí, sí o sí romper con tipologías cancheras, que para mí es un mundo que aún en la Argentina cuesta mucho.

¿Qué es lo que más disfrutás como diseñadora?

Toda esa sutileza que aggiorna la colección y es una búsqueda constante de nunca quedarte en el lugar de comodidad. Me parece que es lo que en los últimos años me hizo descubrir otro lado mío, me pulí mucho más, me siento más madura, segura y entendí mucho el rumbo de a dónde quiero ir, desde lo personal y para plasmarlo en la marca. Lo bueno es que en esa cosa tan alternativa la gente me sigue, entonces me animo. Porque a veces en la moda la gente por ahí va más despacio, sin embargo han respondido muy bien estos últimos tiempos a todos mis switchs o canchereadas.

¿Qué importancia le das al cuidado de la piel? ¿Cómo es tu rutina?

La cara me la cuido con las cremas de toda la vida y hace quince años que voy a la dermatóloga. Si me hubiera puesto botox o ácido hialurónico hubiese quedado divina, sí, qué sé yo, pero creo que se puede estar bien cuidándose. No me gustan los excesos con lo cual es como que no puedo comulgar con eso, el paso del tiempo es el paso del tiempo. Hay una realidad que es que no lo podés esconder y en eso encima tengo un marido que me recontra alaga y siempre me dice “estás divina”.

¿Premisa beauty que le hayas transmitido a Fiona?

A Fiona la mando a una cosmiatra (la madre de Mabby Autino). Hace los tres pasos de limpieza y se recontra cuida la cara, es increíble la conducta que tiene.

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Sería ante todo estar saludable, una belleza más desde adentro hacia afuera, ¿no?

Exacto: me hidrato bien, me acuesto temprano y a pesar de que estoy todo el día a mil, como sano y entreno. Creo que con eso se puede, uno puede perpetuar. Tomo antioxidantes y por ahí algún complejo vitamínico, siento que es el camino. Y después no soy de retocar las fotos, puedo mejorar la luz y ese tipo de cosas, pero bueno, si se me ve una manchita en la piel está bueno, soy así. Tampoco me interesa el plano que me haga ver como un palo, no quiero promulgar que todo el mundo tiene que ser flaco, esquelético, porque hay mucha anorexia y bulimia y el tema está jodido. Hay que tomar un poco de conciencia de basta con tanto perfeccionismo, porque a la gente le quemás la cabeza.

¿Qué rutinas de entrenamiento te funcionan?

Para mí entrenar es clave y lo hago hace cuatro años, cuatro veces por semana. Hago tres con mi entrenadora que es una preparadora física, viene a mi casa y hacemos todo un trabajo integral importante. Y la cuarta vez es una caminata donde sea que esté, con cuestas y con exigidas, no mirando vidrieras. Hace bien, te mantiene la tonicidad, los músculos y el metabolismo funcionando. Todo eso me parece que aporta un montón y aparte qué sé yo, movés un brazo y tenés los brazos marcados, está bueno.

Ninguno de los seis pasa desapercibido en Instagram. ¿Quién es el que mejor se lleva con las redes? ¿Qué consejos les das o tomás de tus hijos?

En eso cada uno es autónomo y sube lo que le pinta. Los chicos no son posados y tampoco tienen que responder a chivos por pauta, es algo natural y está bueno construir una imagen cuando es así y hay diversidad, si no se convierte en una cosa comercial. Yo a veces soy más hincha, de preguntarles antes de postear como para pedir un quórum, porque mis redes me las manejo yo. Encontré un ida y vuelta con un montón de gente que me sigue y tengo como un engagement muy sano, consumidoras que se inspiran con los looks. Y ya es como que de a poquito me van llevando a una cosa medio obligada. A veces siento que es una guachada que tengo un look divino y no mostrarlo, o que estoy haciendo un rinconcito chic y es tan estético que está buenísimo compartirlo.

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Mom is great ????

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Tuviste mucho feedback en Instagram cuando contaste sobre tus meditaciones del rosario.

Sí, ¡me siento la Madre Teresa! Me escriben chicas que tienen anorexia, mujeres que no pueden quedar embarazadas, gente que está angustiada, alejada de la fe. Qué bueno que se puede transmitir esto también, ¿no? Tocas corazones, está bueno ese rol. A mí me encanta la vida de ayuda y hace quince años que hago estos rosarios iluminados. Ahí siempre les digo que terminamos haciendo lo inmediato y no lo importante, que la verdad que si te lo ponés a analizar es fuerte. Yo soy parte de una vida así también y no está bueno, no quiero ser una máquina, quiero ser una mamá presente, una mamá que abraza, que se emociona con ellos, que los acompaña a la adaptación en el colegio, los acompaña de más grandes cuando tienen proyectos de futuro, cuando algo no les sale bien. Me mato antes de no poder estar en eso, pero bueno, trato de estar en todo a la vez y eso es lo que hace un poco que mi vida sea tan intensa.

¿Tus hijos te acompañan en las meditaciones?

Los chicos lo comparten cada uno a su manera. Yo les propongo, no les impongo y en esa libertad ellos construyen a su manera su vida de fe, de valores y van para delante. Por ahí lo que van comprendiendo es que vale la pena tener una vida de fe y no una vida en el aire, entonces van tomando ciertas cosas que por supuesto, con las edades y todo te van cayendo más fichas.

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¿Cuáles son las cosas que no te pueden faltar en la cartera y en el auto cuando salís de casa?

El celular, en primer lugar. Un buen labial, tengo como cuatro en la cartera y siempre un touch en la boca me pongo, natural o un tonito para mí es imprescindible. Un perfumito, es clave y es muy femenino  saludar a alguien y que tengas un registro del perfume, no el que te invade, sino un poquito y que te lookea. En el auto, que a veces es otra oficina, tengo alguna pastilla, una barrita, algo para picotear y agua, a falta de una tengo tres botellas. Y lo que nunca me puede faltar es un buen par de anteojos, llevo uno en la cartera y dos en una guantera.

¿Un ícono?

El rosario y la Madre Teresa. Para mí el ícono más importante es el rosario. Siempre tengo uno también en mi cartera, es un must have antes que el perfume, que todas la pavadas que te dije antes. Inclusive tengo una cruz enorme con un San Benito y esas cosas las llevo siempre como defensa.

¿Y un ícono de belleza?

Toda la vida me fascinó Kate Moss. Es una mina que no pasa de moda y que marco su época y hoy. Le podrán decir de todo pero nunca dejó de ser canchera y espontánea y siempre está vigente. La chispa que tuvo ella, la luz y la magia no la he vuelto a ver.

Entonces, una celebridad que sueñes con vestir o convocar para una campaña…

Kate Moss me encantaría. Y que le haga fotos Lachapelle, sería perfecto.

TOP FIVE BY LE BANANA

Un café

Florian en Venezia, es mágico. Y acá Café Vespress, con el que estamos haciendo una fusión con Casa Chic.

Un libro

El de la Madre Teresa de Calcuta.

Comida favorita

La pasta Taormina. Viene salteada con queso brie, rúcula, alcauciles y tomates cherry, espectacular. La hacen en el hotel y Fede las hace mucho en casa con fideos de arroz.

Lo último que cocinaste

¡Un huevo duro, dice Fede! Más o menos, jaja. Soy cero cocina, no me engancho salvo en fechas especiales que me encanta hacer con Maru (Botana) un pan dulce, invento esas cosas mientras alguien me va coacheando. La verdad que Fede tomó tanto el rol que me dejo llevar. Pero lo último que preparé yo es un rico desayuno con un mix de cereales.

Un viaje pendiente

Australia, en familia.

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