Bad Bunny, Kanye West, Justin Bieber, Dua Lipa y Rosalía le subieron el pulgar a esta marca independiente y azteca que hace culto de la libertad y la rebeldía. En Le Banana entrevistamos a su creador y su esposa para conocer su perspectiva.
Antonio Zaragoza creció idolatrando a Smashing Pumpkins, The Jesus and Mary Chain, My Chemical Romance y Nirvana, investigando y mirando documentales de rock, grunge, shoegaze y punk, entre otros. Esas influencias se convirtieron en una marca de moda juvenil, rebelde y últimamente, de ensueño, bajo el nombre Liberal Youth Ministry.
La marca de Guadalajara, México, se destaca por la sastrería underground, pantalones cargo, buzo con leyendas militantes y una reciente serie de camisetas y shorts que homenajean la pasión futbolera -y que tienen a Bieber como embajador-. La dirige junto a su esposa, Kenia Filippini, una diseñadora que se formó en los talleres de alta costura de Dior y Chanel en París y que suma ese savoir faire a los detalles y brillos de la última colección de enfoque surrealista. Concentrando una producción completamente local, desde 2019 tiene un lugar entre los percheros de Dover Street Market, el prestigioso multimarca que le está dando resonancia internacional: “La primera colección se agotó completamente. Sorprendió mucho, porque se vendió por lo que era, no porque la usara una celebridad”. Las celebridades vendrían inmediatamente después.
¿Cómo decidiste dedicarte a la moda?
Mirando un documental de los Sex Pistols me di cuenta lo importante que fue para ellos Vivienne Westwood. Antes de eso, realmente veía la moda como algo muy vacío, no entendía cómo funcionaba para nada. Relacioné que la música va muy de la mano con la moda y empecé a observar que la forma en la que se vestían ciertas bandas tenía un trasfondo cultural súper fuerte. Ahí me metí en un diplomado de diseño de moda y una maestra me dijo que buscara el trabajo de Martin Margiela, Raf Simons y Rei Kawakubo. Cuando descubrí a esas personas, mi chip cambió totalmente y de cierta forma me sentí relacionado energéticamente con ellos, me marcaron un camino.
¿Qué significa el nombre de la marca?
Cuando la lancé en 2016 se llamaba Weimar Youth. Tomé el nombre de un poema de William Burroughs, me gustó porque la Bauhaus se fundó en Weimar y para mí representa los primeros actos de rebeldía o los primeros “punks” de la historia, porque se salían completamente del status quo. Pero muchas personas pensaban que era una marca alemana, entonces, por una cuestión de marketing decidí cambiarle el nombre al Liberal Youth Ministry. Quería que hablara de una juventud global, que cuando lo googlearas aparecieran cosas referentes a movimientos juveniles políticos.Todo lo que me inspira habla de la libertad, y ese es el gran concepto detrás. Para mí, de eso se trata hacer ropa, de sentirme libre de hacer lo que quiero comunicar.
La última colección, “It’s a nice dream”, tiene una estética onírica. ¿Cómo se acopla a la rebeldía de la marca?
Todos estos movimientos eran el ADN de la marca, pero ya no busco inspiración en esos temas porque considero que ya fueron en un sentido histórico. Los traía hacia mí de una forma nostálgica y ya no quiero eso. Comencé una búsqueda creativa mucho más profunda, conceptos más surreales, filosóficos. Hoy busco hablar del ahora y pensar en lo subconsciente.
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¿Cómo llegaste a vender en Dover Street Market?
Le escribí un DM a Adrian Joffe, que es el presidente y esposo de Rei Kawakubo, y le pedí su correo. A inicios del 2019 viajé a Europa con dos amigos por turismo, le mandé un mail y aceptó verme en las oficinas de Comme des Garçons en París. Tuve una junta con él y con los dos vicepresidentes y les mostré la colección en un iPad. Me dijeron: “Nos gusta lo que hacés y te vamos a meter en Dover Street Market”. Decidieron tenerme en las tiendas de Los Ángeles y Nueva York. Suena fácil, pero fueron tres años de mucha frustración al principio, porque la gente no entendía la marca, las revistas no me querían publicar. Siempre tuve esta lucha por mantenerme libre y hacer lo que quería, pero no me sentía muy respaldado por la industria de México. Agarrar un avión, volar a París y que estas personas me dijeran “está bien lo que estás haciendo” fue todo un sueño.
¿Cómo te influye la cultura latinoamericana?
No tengo idea. O sea, es un tema más subconsciente, Latinoamérica me inspira de una forma más energética. Lidiar con el estar aquí y nuestro entorno, la forma en la que actúa la economía en Latinoamérica y México, la forma en la que buscamos telas, la situación aduanal, son muchas cosas que afectan a la marca y a la inspiración. En la colección antepasada por ejemplo, fue la primera donde usé el idioma como tal, porque en ese momento lo creí necesario. Incluí muchos slogans y gráficos en español, hay un jersey de fútbol que dice “poder México”.
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El que le vimos usar a Justin Bieber…
Ese mismo. Siempre había querido hacer un guiño hacia la cultura futbolística, porque a pesar de que no soy una persona que juega al fútbol, siempre estuvo presente, en algún momento lo practiqué y es algo muy fuerte, obviamente en Argentina lo pueden entender. Creí necesario hacerle un pequeño tributo y vi muchísimas imágenes de Jorge Campos, el arquero mexicano bien conocido por todos, que usaba uniformes bastante radicales para su época.
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Vestiste a Bad Bunny, ¿cómo surgió la relación?
Benito empezó a comprar la marca en el Dover Street Market de Los Ángeles. En la tienda trabajaba un chico que es ayudante de Storm, su estilista. En una visita de Bad Bunny a México, le escribí a este chico y conocí a Storm, le llevé unas 40 prendas, me dijo que le encantaban y me pidió quedarse con todo. Obviamente aceptamos y las estuvo usando en varias ocasiones.
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¿Después te encargaron el look para los Latin Grammys?
Tormenta me buscó, me dijo que por el Covid iba a haber una presentación videograbada y me comentó que Bad Bunny acababa de comprarse un Bugatti blanco. Como actualmente él está en el top de su carrera, emblematicamente quería que brillara por completo. Mi esposa me mostró un outfit para una patinadora sobre hielo, donde había una cuadrícula de cristales. Fueron dos días para la logística de conseguir 106.000 cristales Swarovski y estuvimos cinco días trabajando casi 24/7, había 20 personas poniendo los cristales. Hicimos una sudadera, unos pants y una chamarra, todo completamente lleno de esta cuadrícula con Swarovskis. Al final vi una foto reciente de él donde tenía una bandita de jugador de tenis y también decidimos ponerla. Fue algo muy mágico. Es probable que volvamos a trabajar con él en otros proyectos que ya se conocerán pronto.
¿Cómo llegaron las celebridades como Dua Lipa, Rosalía o Justin Bieber a la marca?
En casi todos los casos, ellos o sus estilistas compran la marca en la tienda de Los Ángeles. Es algo muy orgánico y realmente es una sorpresa cuando los veo en redes.
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¿Y Kanye West ?
En septiembre pasado me notificaron que cuando fue a la tienda compró gran parte de la colección, unas 15 piezas. Fue algo más underground, porque él tiene un perfil que está en el ojo del huracán, pero a la vez es una persona mega anónima.
Cuentennos un poco más sobre la línea de mujer que lanzaron recientemente.
Antonio: Honestamente, yo siempre quise hacerla, pero estaba tan metido en la de hombre que no quería desenfocarme ni desatender una cosa por la otra. Entonces se me hizo muy natural pedirle a mi esposa que la diseñara, porque obviamente conoce la marca.
Kenia: Esta es la segunda temporada. La primera fue una prueba con ciertas piezas que estaban muy ligadas a la colección de hombre. Funcionó bastante bien, entonces ahorita decidimos darle más fuerza, hacer una especie de submarca, porque era importante que cada línea tenga su propio ritmo. Muchas chicas compraban nuestra ropa de hombre, así que les daremos otras opciones.
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LB Top Five
Antonio
Una ciudad: París
Una canción: “Baby”, de Donnie & Joe Emerson
Una serie/película: Good Time, Safdie Brothers
Un icono: Safdie Brothers, los cineastas Benny y Josh Safdie
Un perfume: Rouge, de Comme des Garçons
Kenia
Una ciudad: París
Una canción: “Dream baby dream”, de Suicide
Una serie/película: Una mujer es una mujer, de Godard
Un icono: Frida Khalo
Un perfume: Rouge, de Comme des Garçons
