El nombre se volvió sinónimo del calzado más codiciado, a la vez que la persona irrumpió como influencer. ¿La razón? Sus slippers son una extensión de su propio estilo y ante ambos es imposible no caer rendidas. En Le Banana te contamos todo lo que tenés que saber sobre la nueva heroína de la moda.
“Todos quieren nuestro producto, pero no queremos dárselo a todos. Mi cliente necesita sentir que lo que posee es lujoso y único, y no todos pueden tenerlo”. Conversando con Vogue, Amina Muaddi tiene muy claro el rumbo de su firma homónima, fundada hace menos de dos años para convertirse de inmediato en un must de los closets de las celebridades. Te explicamos el por qué del fenómeno.
Who’s that girl
De sangre jordana y rumana, Amina Muaddi tiene 33 años, con base en la capital francesa y taller en Parma. Íntima de las chicas de The Attico (pueden chequear en Instagram sus salidas de sábado a la noche), también diseña la línea de calzado de Alexandre Vauthier.
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Muaddi se autodefine ciudadana del mundo: vivió en Amman hasta los siete años, cuando sus padres se separaron, y se instaló con su mamá en Rumania. A los 16, ella la incentivó para que se mudara sola a Italia donde, lejos del contexto post comunista, terminó la secundaria y se graduó en Comunicación en el Instituto Europeo del Diseño.
Career
Trabajó como estilista en L’Uomo Vogue y después como asistente en GQ, en Nueva York. Pero la devoción por los tacos hizo que a los 25 pusiera en marcha su sueño. Durante un año visitó artesanos y proveedores de la afamada Riviera del Brenta, en Venecia, hasta volverse experta en las 40 piezas que compondrían sus prototipos. Entonces lanzó junto a un socio su primera marca, Oscar Tiye, la cual ganó bastante relevancia.
En 2018 fundó la firma bajo su nombre y apellido, a los 31 años. Lanzada a través de internet, la primera entrega se agotó en un día. El primer año creció un 400% y hoy vende a través de minoristas de lujo como Net-a-Porter, Browns y Harrods. Normalmente desarrolla una colección al año, que alimenta el frenesí de su clientela, integrada por celebridades y por un séquito de aficionadas que incluye a compatriotas árabes como Rania de Jordania.
Success sells
No hay quien se atreva a negar que su distintivo taco acampanado, además de ultra cómodo, es un fashion statement, y el modelo Gilda, un clásico moderno. Sus diseños son excéntricos, elegantes, divertidos y ante todo, exclusivos. Con un tanto de frivolidad y todo el savoir faire del artesanato italiano, proveen un glamour sin esfuerzo difícil de encontrar, pareja perfecta de los percheros de Gilda y Giorgia. Y, a pesar de que Forbes insista en el carácter sexy del producto con titulares como “Sex sells”, cuando Vogue la visita en su piso en París, ella resume su marca como “femenina, sofisticada y un poco divertida”.
La primera en caminar uno de sus pares fue Zoe Saldana en repetidas alfombras de rojas. Luego se sumarían las Hilton, Rosie Huntington-Whiteley, Dua Lipa, Kendall Jenner y las Hadid. Y, por si le faltaba legitimación o hacerse aún más viral, the one and only, Rihanna. Aún más, Riri requirió sus zapatos para el desfile de su marca de lencería y, a fines de 2019, Muaddi confesó que ayudará a la cantante a desarrollar una línea para Fenty. ¡No podemos esperar para ver los resultados!.
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Shoe-obsession
El enamoramiento por lo que hace está a la vista y basta con citarla para entender por qué es tan contagioso: “A diferencia de la ropa, los zapatos se ven como una escultura incluso cuando no se usan. Suelen ser una compra emocional y tienen el poder de elevar la confianza y el espíritu de una mujer”, dijo a Thedoublef.com.
Hace dos ediciones Muaddi recibió el premio Footwear News al Lanzamiento del Año y, en 2019, el de Diseñadora del Año. En esa gala, agradeció haciendo hincapié en la libertad como el regalo determinante que le hizo su mamá. “Para una chica que viene de donde yo vengo, es un honor poder vivir mis sueños e inspirar a las mujeres del Medio Oriente a vivir los suyos. (…) Parece un derecho básico, pero tener la libertad de vivir la vida que quiero no siempre se nos da.”