Por Pamela Aguirre Leonetti
Dos de las cosas que más nos atraen de Japón son su cultura milenaria y el valor que le dan a las creencias y a la arquitectura, por eso visitamos cuatro templos típicos del país, dos en Kioto: Kinkaku-ji o templo dorado, y Yasaka; y dos en Tokio: Sens?-ji, y Meiji y te contamos todo lo que tenés que saber sobre ellos.
Kinkaku-ji, oficialmente conocido como Rokuon-ji, es un templo zen budista que en 1994 fue declarado Patrimonio de la Humanidad. Construido en 1397 y reconstruido tras haberse quemado durante la guerra ?nin, el templo dorado aún conserva todos los detalles de su arquitectura original y está cargado de una energía que conmueve.
El Pabellón Dorado, la parte principal del templo, tiene tres pisos, cada uno con un estilo diferente: shinden, el primero; samurái, el segundo; y zen, el tercero, y los dos superiores están cubiertos de oro puro. Se dice que tanto el pabellón como los inmensos jardines y el agua que lo rodean representan la tierra pura de Buda en este mundo. Tal vez por eso el lugar sea el escenario ideal para meditar y estar en contacto íntimo con uno mismo y la naturaleza.
Yasaka, por su parte, es un santuario de la religión sintoísta, que venera las bondades del cielo y de la tierra, construido en el año 656 en el distrito de Kioto conocido como Gion. El lugar tiene varios edificios y puertas, una entrada principal y un sector especialmente preparado para lavarse las manos y así purificar el alma antes de ingresar.
Sens?-ji, en tanto, es el templo budista más antiguo de Tokio. Está situado en el barrio de Asakusa, y está dedicado a Kannon, un bodhisattva asociado al valor de la compasión. Según la leyenda, el templo fue construido en el siglo VII después de que dos hermanos encontraran allí una estatua Kannon en el río Sumida.
Si bien muchos de sus edificios fueron destruidos durante la Segunda Guerra Mundial, luego fueron reconstruidos e incluso aún hoy se preservan algunas de sus construcciones originales. Su mística invita a realizar diferentes tipos de rituales: desde limpiar el alma con el humo de un incensario, hasta pedir deseos o meditar.
Por último, en Tokio también se destaca el santuario Meiji, que resalta por tener el Tori (arco de madera) de estilo My?jin más grande de Japón, con 12 metros de altura. El lugar está dedicado a los espíritus deificados del Emperador Meiji y su mujer, la empratriz Sh?ken y fue construido en 1915 en lo que antes había sido un campo de lirios.
Así que ya sabés, si algún día tenés la oportunidad de visitar Japón, no dejes de recorrer estos cuatro templos. Su energía y su historia te van a impactar.
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