El primer día del festival más esperado del año dejó en claro por qué Lollapalooza se convirtió en un ícono en la música en Argentina. Diez años después de su primera edición, el evento sigue siendo un punto de encuentro para los amantes de la música en todas sus formas, género y colores.
Entre la nostalgia de los ‘90, el frenesí del indie y el magnetismo de la música electrónica, la jornada inaugural fue un cóctel explosivo de talento, emoción y momentos inolvidables con performances en vivo de Alanis Morissette, el regreso de Ca7o y Paco por tercera vez, un show de drones impresionante y grandes pasos de baile de Justin Timberlake, entre muchísimas otros shows.
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Del flow latino a la cumbia imparable
El sol todavía estaba en lo alto cuando el dúo paraguayo Milk Shake inauguró el Samsung Stage con su energía y letras provocadoras. El momento más hot fue al cantar “Paraguarí”, y luego cuando Guada Casales se sumó para cantar «Olvidándote».
En el escenario Flow, el artista español Pablo Pablo llevó su estilo fresco y experimental al público argentino, combinando ritmos electrónicos y urbanos con una puesta en escena minimalista pero efectiva. De remerita rayada con una estrella grande amarilla y jean, cantó canciones como “No Te Enamores de Mí” y “Cómo Saber Si Es Para Siempre” y su más reciente hit “Eso que tú llamas amor”, y demostró que es una de las nuevas voces a seguir en la escena alternativa.
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@lebananatiktok Comenzó el primer dia de #LollaAr con la presentación de #PabloPablo en el #SamsungStage ✨🍌 #LollaAr #LeBanana #LollapaloozaArgentina #Festival ♬ sonido original – Le Banana
Luego, Ana Mena desplegó todo su carisma y talento con un set cargado de hits y de coreografías de baile. La cantante española repasó los éxitos de su último disco “bellodrama”, combinando pop, reggaeton y baladas. También cantó su hit que comparte con Emilia, «Carita Triste», pero el verdadero punto de quiebre de su show llegó con una sorpresa inesperada, una versión personalísima de “Cae el Sol” de Airbag.
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Luego de su presentación en el C Art Media, en Chacarita, el escenario se tiñó de elegancia y groove con Parcels. La banda australiana llevó su característico sonido funk y disco a Lollapalooza, regalando momentos hipnóticos con clásicos como “Overnight”, “Tieduprightnow” y Lightenup”. Su set, marcado por armonías impecables y una ejecución instrumental precisa, fue uno de los más ovacionados de la tarde.

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Mientras tanto, en el Samsung Stage, Los Ángeles Azules convirtieron el Hipódromo en una verdadera fiesta popular con sus himnos cumbieros. Los ángeles de la cumbia aprovecharon la ocasión para presentar una collab con su comadre, Kenia Os, llamada “Una nada más” y, aunque muchos esperaban invitaciones sorpresas como Nicki Nicole o Emilia Mernes, fue Ángela Leiva quien se adueñó del micrófono para cantar la versión argenta de “Nunca es suficiente”, cantada originalmente con Natalia Lafourcade.
CA7RIEL & Paco Amoroso: locura, músculo y mucha papota
Cuando se trata de romper esquemas, CATRIEL & Paco Amoroso juegan en otra liga. Es la tercera presentación en vivo de los porteños en el Lollapalooza después de su show en 2019 desde el mismo escenario desde el que tocaron ayer, el Samsung Stage, y luego de la famosa listening party desde dentro de un jacuzzi, donde le dieron play a Baño María, en 2024, el disco que fue el puntapié de la masificación, junto a la globalización que les dio el NPR Tiny Desk. El show de ayer a la tarde tuvo tintes épicos, desde el regreso triunfal al mismo escenario que los vio saltar y transpirar para su nicho de fieles hasta por sus cualidades escenográficas. Ca7riel Guerreiro y Ulises “Paco” Guerriero salieron desde dentro de un frasco de proteína que rezaba en tipología inflable la palabra “Papota”, el nombre de su último EP, al mismo tiempo que sus caras en clave chad se iban inflando a cada lado del escenario.
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Su entrada, con la música de los Sims, marcó el tono de un show cargado de humor, irreverencia y estilo, tanto en el plano visual como en el musical. Vestidos con trajes músculos exagerados en serigrafía, recorrieron su discografía de adelante para atrás, empezando por Papota y Baño María, pero dejando un buen tramo de canciones para los pogueros que los acompañan desde 2018, como cuando entró Ca7riel a saltar, con el atardecer de fondo, para hacer “McFly”, pegado al hit de Paco, “Todo El Día”, pegadas a “Ola Mina XD, y “Ouke”.
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Alanis y un viaje a la memoria emocional
Alanis Morissette fue la gran protagonista del día uno con un show que combinó himnos, mensajes políticos y mucho sentimiento. La canadiense de 50 años volvió al país después de 15 años en el marco del aniversario número ¡30! de “Jagged Little Pill”, el disco que escribió cuando tenía 19 años y que marcó la adolescencia de muchas personas de este lado del hemisferio. Con un show minimalista y una gran banda de rock, la artista eligió dar comienzo con la luna llena de fondo en la pantalla central y “Hand In My Pocket”, mientras mostraba mensajes que decían: “A esta velocidad, nos va a tomar 202 años que las mujeres reciban igual salario”. Mientras sonaba “Right Through You”, otra canción de “Jagged Little Pill”, la pantalla rezaba: “Cada 10 minutos, una adolescente es sujeto de violencia o experimenta depresión, ansiedad o trastornos alimenticios”.
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Además de interpretar entero el disco que nos marcó a todos de alguna manera, con picos altos en “Head Over Feet”donde tocó su icónica armónica, y “Ironic”, su canción más amada y con el video más visto en MTV, donde ella, adolescente y en un viaje en auto, se desdoblaba en cuatro personalidades para hablar de las ironías de la vida. Sumó otros clásicos de épocas posteriores como “A Man” y “Hands Clean”, de “Under Rug Swept”, y las baladas “That I Would Be Good”, acompañándose con la flauta traversa, “Uninvited” y “Thank You”, a modo de coda y como agradecimiento al público argentino que la sigue y seguirá en todo su viaje emotivo.
Foster y Mon, directo al corazón
Para los millennials, Foster The People fue un regreso a los días de Instagram con filtro vintage y zapatillas caras. Tras siete años de ausencia, la banda californiana regresó a la Argentina para desplegar un setlist que comenzó con “Helena Beat” y “Lost in Space”, recorriendo su icónico álbum “Torches”, con momentos altos como “Call It What You Want”, y culminando con “Pumped Up Kicks”, el himno indie que definió a una generación.
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Mientras tanto, en el escenario Alternative, Mon Laferte deslumbró con su voz arrolladora y una puesta en escena tan teatral como ella. A pesar de compartir horario con Justin Timberlake, la chilena logró convocar a una multitud que se entregó por completo a su emotividad y gritó con ella cada canción. “Yo pensé que no iba a venir nadie; dije, todos se iban a ir con ese Justin. ¡Por ti, Britney!”, bromeó, desatando carcajadas en el público. Ataviada en verde, como una bailarina de burlesque, el momento más esperado de la noche llegó con “Tu Falta de Querer”, cuando le cedió el micrófono al público en un instante catártico ya icónico de su cancionero. Mon sirvió sin dejar ni una miga.
“Yo pensé que no iba a venir nadie. Yo dije: todos se van a ir con ese Justin. Por ti Britney”.
Mon Laferte @monlaferte en su actuación en el Lollapalooza de Argentina 🇦🇷 pic.twitter.com/FziDQmR60r
— Dulce María Ramos (@DulceMRamosR) March 22, 2025
Una fiesta de drones por el cumpleañito
Luego del show de Feid el año pasado, que incluyó un juego de drones que formaban la palabra Ferxxo, este año el Lolla decidió multiplicar por mil la apuesta con un espectáculo de 1040 drones que se desplegaron en el cielo entre los escenarios Samsung y Flow, logrando el récord del espectáculo de drones más grande de Latinoamérica, en celebración de los primeros 10 años de Lollapalooza Argentina.
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Al mismo tiempo que Justin Timberlake interpretaba “Mirrors”, un objeto volador no identificado formado por mil drones apareció en el cielo, y de la nave verde y azul bajó Lollito, el marciano favorito del festival, con una bandera celebrando la década de shows y festivales. Luego, los drones formaron grandes auriculares y un robot adorable, en medio de patrones luminosos que replicaban los logos icónicos del Lolla.
Justin Timberlake y un debut local a otro nivel
El final de la jornada fue digno de una celebración de una década con Justin Timberlake y los “Tennessee Kids” como broche de oro. Con la precisión de un artista que domina la escena como pocos, ofreció un show que recorrió los grandes éxitos de su carrera, abriendo con “Mirrors”, “No Angels” y “Cry Me a River”. Con coreografías impecables y un despliegue técnico y estilístico impresionante, Timberlake dejó en claro por qué sigue siendo un referente del pop, desde el “Club de Mickey Mouse”, pasando por su época de líder de NSYNC, hasta su faceta solista más constante, pura y dura.
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El artista de Tennessee, de 44 años, subió aún más la temperatura con clásicos bailables y ese sonido tan característico de los 2000, con falsetes y funk de la mano de Timbaland, como “Like I Love You”, un medley con “She Wants To Move” de N.E.R.D., “My Love”, “Sexy Ladies” y “Señorita”. Continuó con su etapa más madura y solista con canciones como “Rock Your Body” y el hit “Can’t Stop The Feeling”, un tema que parece salido de un anuncio de teléfonos móviles.
Charlotte de Witte: el latido electrónico que cerró la noche
Cuando la euforia de Timberlake todavía flotaba en el aire y nadie quería irse de San Isidro, el cierre definitivo del primer día estuvo a cargo de Charlotte de Witte, la DJ belga que se ha consolidado como una de las grandes exponentes del techno en la escena global, con presencia en festivales imponentes como Coachella y Tomorrowland.
Su set fue una experiencia inmersiva: un viaje profundo y oscuro a través de beats hipnóticos y una atmósfera envolvente que transformó el Hipódromo en un club a cielo abierto. Una despedida perfecta para una jornada llena de historia, nostalgia y pura energía festivalera.
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