Por Juana Dufour
Tyler, the Creator presentó hace unos días Chromakopia, su octavo álbum de estudio. Un disco que, en su totalidad, ha sido escrito y producido por el mismo rapero.
Como nos tiene acostumbrados, este álbum despliega una magia cautivadora desde el primer instante. Un viaje musical en el que explora capas de identidad, confronta contradicciones y revela facetas desconocidas de su esencia como artista. Con sonoridades envolventes y verdades sinceras, cada tema invita al oyente a adentrarse en el lado más auténtico y vulnerable del artista.
Acá te dejamos siete razones para perderte en esta experiencia sonora que nos regala el creador de Igor:
- El protagonista
Chromakopia es un álbum profundamente autobiográfico en el que Tyler recurre a distintos conceptos para contar su historia. Se cree que el título se inspira en “Chroma el Grande”, el personaje de The Phantom Tollbooth que dirige una orquesta capaz de llenar el mundo de color. Un homenaje perfecto a la creatividad y al poder de transformar la realidad con magia.
Esta idea cobra vida en el videoclip de “St. Chroma”, donde un entorno en blanco y negro se transforma con un estallido de color vibrante, llenando cada escena de intensidad y simbolismo. Santo Chroma podría ser pensado como el alter ego de Tyler, un personaje enmascarado que guía a otros en la búsqueda de color, simbolizando su introspección y el paso de la oscuridad hacia una realización artística plena.
- Exploración sin límites
Chromakopia es un viaje sonoro que invita a ser escuchado una y otra vez, revelando nuevas capas ocultas de sonido en cada reproducción. En este disco, Tyler lleva su capacidad de experimentación a un nivel superior, fusionando géneros como rap, soul y gospel en una producción que redefine los límites de su estilo. Temas como “Tomorrow” y “Darling I” combinan pop y country, creando un paisaje sonoro único que sorprende en cada escucha.
Tyler también profundiza en su relación con su identidad y su familia en canciones como “St. Chroma”y“Like Him”, en las que su madre asume el papel de narradora. Este recurso crea momentos clave en los que su voz se entrelaza con la del rapero, aportando una dimensión emocional única que enriquece el relato íntimo del álbum
- Confesiones profundas
El disco se presenta como uno de sus trabajos más personales. A lo largo de él, Okonma deja caer sus máscaras y se muestra sin filtros, abordando sus dudas, miedos y reflexiones sobre la fama. Su voz se escucha distinta, más cruda y vulnerable a través de letras que parecen arrancadas de su diario íntimo. Nos recuerda que su evolución es tanto emocional como musical y cada canción es un paso más en su proceso de autodescubrimiento. “Noid”, por ejemplo, retrata de manera brillante la paranoia que implica ser una figura pública y vivir bajo la constante mirada del público. En la producción audiovisual que acompaña a este tema vemos a un protagonista sumido en un estado de alerta mientras busca huir de una multitud que lo persigue.
- Colaboraciones inesperadas
Tyler se reinventa y rompe con las expectativas reuniendo a artistas de los rincones más inesperados de la industria, fusionando géneros que enriquecen la narrativa del álbum. Desde el soul y el pop alternativo hasta el rap más audaz, las colaboraciones aquí no son al azar. En “Take Your Mask Off”, la presencia de Daniel Caesar y LaToiya Williams añade una profundidad emocional singular, mientras que en “Darling, I”, la colaboración con Teezo Touchdown explora territorios afectivos que amplían la propuesta del rapero.
- Producción de otro planeta
Como en todas sus propuestas, Chromakopia destaca por su producción impecable. Una experiencia auditiva que invita a sumergirse en la mente de St Chroma, donde cada sonido, cada beat y cada silencio parecen colocados de manera minuciosa. Canciones como “Rah Tah Tah” y “I hope you find your way home” crean una atmósfera onírica, y, al escucharlas con auriculares, se aprecian esos detalles propios del ADN del rapero: ecos, capas de instrumentos y pausas estratégicas que construyen un ritmo hipnótico.
- Un diálogo visual entre Igor y Chromakopia
Las portadas de ambos álbumes reflejan una narrativa visual que ilustra su evolución. Igor, con su vibrante paleta rosa, irradiaba pasión desbordada; mientras que Chromakopia, en un verde oscuro, con tonos sombríos, sugiere un enfoque introspectivo y profundo. Estos colores invertidos se conectan, simbolizan dos fases de su viaje artístico: el caos emocional de Igor ha dado paso a la reflexión y madurez en Chromakopia, mostrando dos partes de una misma evolución.
- Más que un álbum, una experiencia multisensorial
Tyler no solo crea música, sino que construye universos, y Chromakopia es la prueba de ello. Las producciones audiovisuales que acompañan al álbum son una experiencia en sí misma. Los temas con producción audiovisual, como “Noid”, “St. Chroma” y “Thought I Was Dead”, destacan por una dirección artística única que profundiza la conexión entre sonido e imagen. El juego de cámara, la composición de planos y la poderosa presencia de Tyler convierten cada videoclip en una experiencia cinematográfica en sí misma. Es como si cada canción y cada visual fueran parte de un rompecabezas que sólo adquiere sentido cuando se experimenta en su totalidad.