La industria del fast fashion impuso una democratización de la moda en donde cualquier persona puede consumir y tener ropa accesible, y también acceder a tendencias con una velocidad mucho mayor a la que la industria de la moda nos tenía acostumbrados.
La combinación explosiva de redes sociales y una cadena de producción en la que, desde que explota una tendencia y hasta que llega a los locales, es de tan solo dos semanas, generó un recambio de imágenes y novedades que cambiaron el paradigma, pero la velocidad e inercia nos demuestran que éste es solo el principio.
En tan solo unas semanas, la plataforma de redes sociales de videitos musicalizados, en donde hoy estás arriba y mañana no tanto hace que todas las marcas quieran ser parte de la próxima gran novedad y que deban moverse rápido, pero con cuidado ya que pasos en falso a etiquetas establecidas pueden costarle caro, o bajarles el precio si se suben a cualquier moda de manera artificial.
Antes las establecían las revistas. Después lo hicieron las celebridades, después los medios digitales, las bloggers, las influencers, y ahora las y los tiktokers. Desde la teoría de Roland Barthes en El Sistema de la Moda hasta acá, las tendencias se imponen de manera arbitraria como unidades significantes en donde “el azul está de moda este año”. Como menciona la periodista Chavie Lieber en un artículo en The Business of Fashion “el estilo más popular según TikTok en este momento es abuela costera inspirado en el minimalismo relajado junto al mar y mucho lino. Antes de eso era el indie sleaze, un look hipster de camisas a cuadros, gorros y calzas debajo de los vestidos. Antes era twee, una tendencia retro-femenina con camisas con cuello Peter Pan y medias coloridas, y mañana, podría ser royalcore o verano de Miley Stewart.
Entonces, ¿cómo se pueden adaptar las marcas o incorporar al ritmo de esta red social que tiene una base de casi 1800 millones de usuarios y usuarios? Las etiquetas deben estar 24/7 informadas en esta red social e identificar qué estética y tendencia habla de su ADN como marca, cuál funcionará según su estrategia de marketing, si van a poder llevarla a cabo según sus tiempos de producción y logística, y también saber cuáles van a dejar de lado, ya que existe un riesgo real en subirse a la ola, invertir demasiado en algo que luego no será rentable.
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