Entrevistamos a la creativa argentina que vive en Barcelona y dirige la marca de sombreros artesanales más vanguardista
Nieta del co-fundador de la Escuela de Bellas Artes de Quilmes, Sol Pardo creció en una familia donde el arte era algo serio. Estimulada en casa con sesiones de dibujo y libros de Kandinski, se formó en Vestuario en Espectáculos y Diseño de Indumentaria en la Universidad de Palermo. Una diseño de gorra suyo, que una profesora subió a las redes sociales, hizo que le llegaran varios encargos de estilistas y así nacieron las primeras piezas experimentales en materiales como acrílico y madera. Seleccionada por Vogue Talents para exhibir durante la Semana de la Moda de Milán y con una beca del Fondo Nacional de las Artes para un posgrado en dirección creativa, se instaló en Barcelona, donde vive desde hace cinco años. Y el laboratorio de sombreros se convirtió en una empresa de moda.
Por un lado, Pardo Hats incluye el mundo del crochet tejido a mano por señoras jubiladas; por el otro, el oficio de sombrerería pura y dura de paja y fieltro que se realiza en su taller. “Cuando vine a Europa entendí lo rico que es el proyecto a nivel mundial, que no existe otro Pardo Hats en el mundo. O tenés una marca de sombreros que producen en fábricas y se venden a muy bajo precio, o tenés el milliner que te cobra mil euros por uno hecho a mano”, cuenta. Aunque ocupando ese lugar intermedio entre el diseño y el oficio de la sombrerería, “Realmente es una guasada la cantidad de plagios que estamos recibiendo, hasta marcas que admiro un montón y me encantan. Pero eso también significa que nos está yendo bien”, agrega la también directora creativa de Greenpacha, la línea de sombreros fundada por dos argentinas y realizada por artesanos de Ecuador. Desde el otro lado del Atlántico, Sol conversa con Le Banana sobre las diferencias culturales, la sostenibilidad y los diseños que se vendrán esta temporada. Además, aconseja a quienes quieren emprender en la industria.
¿Qué rasgos identificás de Argentina y de España en la marca?
Lo que tiene de Argentina es que siempre se vive atando todo con alambre. Ese es un poco mi sistema de trabajo. Ir de a mil cosas a la vez, resolver con lo que tengo, no preocuparme tanto por cuánto dinero estamos gastando, muchas cosas no están hechas del todo empresarialmente y las hago más pasionalmente. Y de Europa estoy absorbiendo mucho el universo súper fancy, lúdico y mucho más elegante.
Una vez opinaste que en Argentina no se acostumbra a usar sombreros. ¿En qué países que vendés sí lo están?
Pardo Hats es algo muy de nicho. Vendemos mucho a Nueva York, California, Alemania, Corea, Japón, China, Australia, España, Londres, París, las ciudades más grandes del mundo fashion. Entendemos que nuestra clienta es muy parecida a las influencers que hoy en día siguen a full las tendencias. En Argentina hay gente que usaría Pardo Hats, pero no es una sociedad que suela salir con sombreros a la calle. Es más por cómo vive la moda cada país que algo zonal, por ejemplo, Copenhague es súper Pardo Hats, París también. Oriente todavía no nos descubre del todo.
¿Qué le dirías a alguien que no se anima a usar sombreros?
Que una vez que te pones un accesorio en la cabeza, después, cuando no lo hacés, la sentís muy vacía. Me pasa siempre que si yo me pongo algo en la cabeza, la de al lado se lo quiere poner. Arrancás por un gorro tejido, seguís por un cap, una bandana y después no parás.
¿Por qué no vendés en Argentina?
Lamentablemente hoy no puedo vender porque es muy complicado el tema aduanero. Por otro lado, no se puede comprar con tarjetas argentinas, y tenés que tener una cuenta extranjera para poder hacerlo. Es un tema de convenios pero nos encantaría.
¿Qué le aconsejarías a un diseñador que quiere empezar su proyecto de moda?
Que primero intente pensar en vender. Diseñar cosas para gente que las quiere usar y que también se pondría, porque si a mí no me da placer ponerme un sombrero, directamente no lo hago. Hoy en día tener un negocio de moda es muy fácil: todo el mundo puede tener un Shopify, una web, pero es muy importante entender cómo plantear una estrategia relacionada a lo empresarial antes de comenzar un proyecto. Entender a quién le va a gustar y cómo va a hacer para generar deseo intentando hacer algo nuevo, con una huella propia y vender futuro, explicarle a esa gente qué va a pasar cuando use ese diseño.
¿Qué importancia le das a la sostenibilidad?
Pardo Hats es el nuevo lujo democrático del que se viene hablando hace bastante, el modelo de negocio de una marca que colabora con el mundo green: trabajamos sin stock, intentamos producir todo zonalmente, casi no tenemos piezas de colecciones pasadas y trabajamos bajo demanda. Es más eficiente en los valores y mucho más rentable porque no se tira dinero, no genera basura y se reinvierte lo que ingresó. Muchas piezas son biodegradables: todas las de paja, algodón, lo que se teje al crochet en lana. Mi premisa es intentar utilizar materiales que salgan de la naturaleza. Sí es verdad que la nueva colección lleva rafias de plástico. Hace rato que no me pongo la bandera de “Soy biodegradable”. Llevar una marca donde sólo voy a tejer este plástico para el que me lo pide ya es una manera de ser slow fashion y colaborar por un mundo mejor. Si lo puedo ir mejorando con los años, genial, pero nunca quise ser tan radical porque te limita mucho la creatividad.
¿Cuál es tu proyección con la marca?
Seguir creciendo a nivel colaboraciones y, como estamos mucho mejor armados, el proyecto está siendo rentable y el equipo camina solo, mi nuevo deseo es generar piezas exóticas. Generar una línea más de lujo. Por ejemplo, soy fanática de la línea Beach, pero no puedo todo el tiempo hacer playa, ya que también tengo que hacer diseños para el mundo de noche.
¿Vas a hacer fascinators?
No, no me gusta el universo tocado y el fascinator me parece que es algo demodé. Yo quiero que las chicas se pongan un Pardo Hats para salir a trabajar o de vacaciones. Servir a la típica imagen de una chica que sale de su casa y no quiere llevar la boina negra normal cuando está nevando en Londres, la chica que va a Coachella en verano. Cubrir el 360 del día a día y que se sientan cool.
¿Qué colaboraciones tenés en mente para este año?
La colaboración con La Veste, que ya es la cuarta vez, y con la empresa argentina Pehuén, que es la primera. Yo hice los diseños y su equipo, los desarrolló. Se hizo un collage de cosas que me gustaban e hicimos las estampas: recortes de unas telas de los años 70, la cara de un sol de Miró, el sol de otro artista, y un dibujo de unas olas que aparecían en una servilleta de un restaurante.
¿Qué diseños se van a usar esta temporada?
Los casquetes de crochet y todo el universo paja, de hecho gran parte de la boda de Blanca Miró que se casa este año va a estar relacionada con la paja y con Pardo Hats. También estampas entre latinas y mediterráneas, full Ibiza y Río de Janeiro. En la paleta, este año he tenido que comulgar un poco más con el rosa, que es un color que no me gusta mucho. Están los típicos naranja y verde de Pardo Hats, que tienen una determinada saturación de color que es la siempre manejamos, sumados a otros colores como el lila. En invierno tengo decidido que quiero ir por el mundo del tapiz y las alfombras, jugar con la mezcla de lanas y fieltros desde lo texturizado.
Ph @angelecrSos muy amiga de Blanca Miró, que es embajadora de la marca. ¿Qué valores tienen las influencers de Pardo Hats?
En el grupo de influencers que me gustan, una es más punky, la otra es más una lady, la otra parece una princesa, la otra es súper bohemia y arty. Encontré un montón de gente que tiene los mismos gustos y distintas formas de llevarlos. En Argentina no pasa tanto, si bien es uno de los países más avanzados a nivel derechos humanos, a nivel de reflexión sobre las mujeres es todo lo contrario. Por ahí estos años cambió, pero en Argentina si te vestías a lo Emily in París eras una idiota. Era mucho más progre a nivel de lo que se piensa, pero no tanto en cómo se manifiesta a la hora de jugar y de vestirse. Quizás porque no hay tanto tiempo para la moda, no entran muchas marcas de moda de afuera, se plagia mucho y hay pocos recursos textiles. Ese estereotipo en España no existe, acá está la moda tipo Man Repeller de “Me la suda lo que piensa un tío, llevo pelos y me visto como quiero”. Las mujeres no vamos vestidas para gustarle a alguien, sino para gustarnos a nosotras mismas.
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Queremos saber cómo Shakira descubrió Pardo Hats.
A Shakira le gustó la marca, nos contactó y le regalamos varias piezas. Ama Pardo Hats, se ve que se sintió identificada con el estilo entre latino y español. Sé que también ama y está todo el tiempo con nuestros collares de pajaritos.
LB Top Five
Una ciudad: Barcelona, España
Una canción: “Rock n Roll Suicide”, de David Bowie
Una serie/película: “La Montaña Sagrada”, de Alejandro Jodorowsky
Un perfume: Amor Amor, de Cacharel
Una golosina: gallinitas de azúcar
